Aaron Ronny Mizrachi, además de presentarse como cuñado del expresidente Ricardo Martinelli, se identificaba como “la entrada para que la Presidencia aprobara” el contrato para la instalación de un software de la multinacional SAP en la Caja de Seguro Social (CSS), valorado en $14.5 millones.
Lo anterior se recoge en una declaración jurada que rindió Stuart Andrew Robinson, agente del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) ante la Fiscalía Sexta Anticorrupción, que investiga el supuesto pago de sobornos tras el contrato con SAP.
Robinson reveló correos que cruzó el exvicepresidente de SAP Vicente García con el exjefe de la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental Eduardo Jaén y con los empresarios Aaron Mizrachi y Carlos Bissott, este último ya fallecido, en los que se comprobaría el pago de los sobornos.
El agente informó que García confesó que vio un contrato en blanco que tenía instrucciones de cómo mandar transferencias bancarias a las cuentas de Mizrachi en Islas Vírgenes Británicas, una vez logrado el contrato.
Silvio Guerra, abogado de Mizrachi, aseguró que su cliente no recibió ni un centavo de SAP.
LAS CONFESIONES DEL CASO SAP
Corrupción, viajes, tráfico de influencias y confesiones se revelan en la investigación que sigue el Ministerio Público por supuestos pagos de sobornos por la adjudicación de un contrato para la instalación en la Caja de Seguro Social de un software de la multinacional alemana SAP, valorado en $14.5 millones.
Stuart Andrew Robinson, agente del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), quien participó en la operación que descubrió a Vicente García, exvicepresidente ejecutivo de SAP, en el pago de sobornos a funcionarios, rindió una declaración jurada ante la Fiscalía Sexta Anticorrupción, que investiga el supuesto pago de coimas a funcionarios panameños por la adjudicación del contrato.
Robinson dio detalles al fiscal sobre cómo empezó el seguimiento a García hasta su confesión y las coimas supuestamente pagadas a los funcionarios panameños por el millonario contrato.
CÓMO SE INICIÓ LA TRAMA
Según Robinson, el FBI llevaba una investigación relacionada con la empresa Hewlett Packard, y García, quien trabajaba allí, surgió como sospechoso de pagar sobornos en otros países, no en Panamá.
Luego, el FBI seguía una pesquisa ligada a la petrolera estatal mexicana Pemex y desde allí se estableció la conexión entre García y Eduardo Jaén, entonces jefe de la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental (AIG).
En febrero del año 2010, García trabajaba como vicepresidente de SAP, y el FBI detectó varios correos electrónicos en los que Jaén le preguntaba cómo podía hacer para escaparse una semana durante los carnavales para que tuvieran un encuentro en México.
En uno de los correos, Jaén le pidió a García que le enviara una invitación formal para ir una semana a México, donde finalmente viajó, pero no se vieron. De acuerdo con lo narrado por Robinson ante la Fiscalía Sexta Anticorrupción, aquel viaje fue utilizado por Jaén para escaparse con una mujer.
BISSOTT, SU AMIGO FIEL
Al avanzar la trama, cuenta el agente Robinson, surgió Carlos Bissott, empresario a través del cual Jaén conoció o contactó a García. Bissott, quien ya falleció y Jaén crecieron juntos, aseguró.
Bissott era consultor y tenía una pequeña compañía llamada True Marketing, S.A., con su socio Carmelo Bustamante, contó Robinson al fiscal Aurelio Vásquez.
Bissott y García cruzaron varios correos, en los que hablaron de negocios potenciales en Panamá, incluyendo el contrato con la CSS y otro con la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), que no se logró concretar. Ambos tenían un valor aproximado de $20 millones.
Señala el informante que Bissott y García tenían claros los contratos que podían lograr con el Gobierno panameño y que además tenían que pagar sobornos para conseguir el objetivo.
OTRA EMPRESA
En esta parte de la investigación apareció Advanced Consulting, una empresa más grande que la de Bissott y que era subcontratista mexicana dedicada a la reventa de software.
Robinson explicó que esta compañía surgió, ya que SAP no tenía conexiones con el Gobierno panameño y la mexicana sí.
Identificó a dos personas clave en Advanced Consulting: Alejandro Castrejón, amigo cercano de García, quien también trabajó en SAP y con el gobierno panameño pasado. El otro personaje clave fue Mauricio Deveaux, jefe de Castrejón.
Entonces, para asegurar el contrato y las coimas, había dos empresas y varios nombres: Advanced Consulting, con Castrejón y Deveaux; y True Marketing, con Bissott y Bustamante.
De acuerdo con Robinson, García logró conversar con los representantes de ambas empresas. “Las dos vías (empresas) eran Eduardo Jaén”, declaró al fiscal.
Por pedido de la fiscalía, agentes de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) precisaron en noviembre de 2015 que Advanced Consulting funcionaba en el piso 17 del PH Coutyard View, en Punta Pacífica, detrás del hospital Punta Pacífica.
A pesar de que el edificio es para uso residencial exclusivo, la empresa funcionaba allí, razón por la cual la administradora había ordenado su desalojo, según consta en el informe de inspección de la DIJ.
AARON MIZRACHI
Robinson también declaró que apareció una tercera vía en la trama: Aaron Ronny Mizrachi. “Era la entrada del trato”, así lo describió, e indicó que en febrero o mayo de 2010, Mizrachi y García se reunieron por primera vez en el lobby de un hotel en Panamá.
En esa cita, Mizrachi dijo a García que era el intermediario para que se concretara el contrato con la CSS y le dejó claro que era el cuñado del entonces presidente, Ricardo Martinelli.
Mizrachi, según declaró Robinson, le dijo a García que SAP podía conseguir contratos millonarios en Panamá. De allí en adelante, García y Mizrachi comenzaron a hacer las negociaciones y a enviarse correos a través de la empresa de Bissott.
Cuenta Robinson que los correos describen cómo serían los pagos del soborno.
“Los correos describen que Bissott le pagaría a Jaén de su porcentaje y Advanced le pagará a Mizrachi”, confesó Robinson. García también recibiría pagos.
En efecto, en una ampliación de su declaración indagatoria el 22 de agosto de 2016 ante la Fiscalía Sexta Anticorrupción, Jaén confesó que “Bissott canceló su ofrecimiento de $120 mil en efectivo, mediante dos pagos”. Cada pago fue de $60 mil y se los entregaron en sobres de papel manila. El primer pago fue el 20 de agosto de 2010 y el segundo en septiembre de ese mismo año, confesó Jaén al fiscal.
Jaén está detenido desde abril pasado por orden de la fiscalía.
DESCUENTO PARA PAGAR SOBORNO
El contrato con la CSS era de $14.5 millones. SAP le vendió el software a Advanced Consulting para una reventa en Panamá, con un descuento del 82%.
Robinson explicó a la fiscalía que el software no era muy costoso para producirlo, por lo que SAP podía aplicar el descuento y aun así recibir ganancias.
El descuento normal que daba SAP era de 70%, contó.
García le explicó a sus jefes en SAP que el descuento podía ir mucho más allá del 70% por la oportunidad que había de hacer otros negocios en Panamá. Por esta razón, SAP autorizó el negocio como legítimo.
García, Advanced Consulting y Marketing True sabían que al lograr un mayor descuento había oportunidad de pagar sobornos por el contrato.
Robinson reveló que García escondió a SAP que él personalmente estaba recibiendo un soborno de $125 mil y que finalmente aceptó.
LAS CONFESIONES DE GARCÍA
El 10 de abril de 2014, Robinson e investigadores del servicio interno de impuestos de Estados Unidos visitaron la sede de SAP en Miami para entrevistar a García, quien no sabía nada de la visita, pero la empresa sí.
Robinson señaló que en la entrevista le dejaron claro a García que la diligencia era voluntaria y que él podía suspenderla cuando quisiera. Además, que sus jefes estaban anuentes a la acción, ya que habían proporcionado parte de los correos.
La entrevista demoró seis horas, indicó Robinson.
Detalló que empezaron a pedirle que explicara la naturaleza del negocio en Panamá. “Le mostramos sus propios correos y en un principio dijo que no había ningún problema, que no hubo sobornos”.
A las cuatro horas de que comenzara la entrevista, Robinson y los otros agentes le señalaron a García que sus respuestas no coincidían con la realidad de lo que contenían los correos.
Precisó que el exvicepresidente de SAP hizo una pausa y luego admitió que los sobornos sí se dieron.
Posteriormente, García redactó de su puño y letra la primera descripción de la conspiración, en la que empezó señalando que la declaración fue brindada de forma voluntaria y sin ninguna promesa para su beneficio.
Luego de esa entrevista, Robinson y los agentes del servicio de impuestos de EU se reunieron en dos o tres ocasiones más con García, para hablar de los detalles del pago de los sobornos.
En 2015, García se presentó formalmente ante un juez federal de EU con sus abogados, y se declaró culpable por los sobornos pagados en Panamá.
García violó la ley de Prácticas Corruptas de Soborno Internacional y fue sentenciado a 33 meses de prisión y a devolver los sobornos que recibió ($125 mil) por el contrato de SAP con la CSS.
QUIÉNES MÁS RECIBIERON PAGOS
El fiscal interrogó a Robinson: ¿Quiénes eran los otros funcionarios panameños que recibieron sobornos?
Robinson declaró: “García no tenía conocimiento o información de que Sáez- Llorens o Carlos Tasón hayan recibido sobornos, pero sí hay un estado financiero de Advanced Consulting que refleja que Carlos Tasón recibió dinero producto del soborno. Los estados financieros estaban adjuntos a los correos electrónicos, y que esos documentos están disponibles, solo que estamos en espera de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos nos autorice para pasarlos a Panamá para la presente investigación”.
No se pudo ubicar a Tasón ni a su abogado para que respondieran ante esta declaración.
Advanced Consulting instaló finalmente el software que fue gestionado por la empresa SAP.
En cuanto a cómo se hacían los pagos por el soborno, el agente del FBI declaró que tienen el número de cuenta bancaria, pero no la documentación como tal. Mencionó el Banco Popular y el Banco Inbursa, pero indicó que no recordaba los números de cuentas y si eran panameños.
OTROS IMPLICADOS
Además de Jaén, Sáez-Llorens y Tasón, la fiscalía imputó cargos por este caso a los exfuncionarios de la CSS Alberto Maggiori Toledano, Carlos García, Levis Arcia, Ely Brokamp, Alison García, Heraclio Bustamante, René Jethmal y Alexis González.
Aracelis Roy de Jaén, Eduardo Jaén Roy y Adriana Jaén Roy, esposa e hijos del exjefe de la AIG, también fueron acusados.
Además, la fiscalía ordenó la detención provisional y pidió una alerta roja a Interpol para capturar a Mizrachi.