Al igual que los estamentos de seguridad, el crimen organizado hace uso de las tecnologías para lograr una mayor efectividad de sus actividades. Las autoridades no solo han detectado el uso de esta tecnología para hacer llegar droga y armas a los detenidos en los centros penitenciarios, sino que ahora estas pandillas usan drones para vigilar sus áreas de operación y evitar a la policía.
Fuentes policiales confirmaron que algunas pandillas locales que se dedican al tráfico de drogas usan drones para monitorear las actividades de las autoridades e incluso a sus adversarios.
En las denominadas áreas rojas, algunos residentes advierten que los pandilleros usan drones para tareas de vigilancia en sus áreas de influencia.
El uso de estas tecnologías se ha hecho más evidente en los centros penitenciarios, en donde casi a diario se producen avistamientos de drones que dejan caer desde pequeñas cantidades de droga hasta celulares y partes de armas para su posterior ensamblaje.
Solo el pasado 12 de noviembre tres drones fueron interceptados por la seguridad de las cárceles La Joya y La Joyita, cuando arrojaron varios paquetes con drogas y un teléfono celular.
El 15 y 22 de noviembre pasado se detectaron otros dos drones; uno de ellos lanzó drogas y el otro llevaba partes de un arma de fuego.
La semana pasada se produjo una balacera dentro de uno de los pabellones de la Nueva Joya, en la que dos internos resultaron heridos. Las autoridades investigan cómo llegaron esas armas al interior del penal.
En diciembre de 2019, un enfrentamiento entre bandas rivales dejó 13 internos muertos y 14 heridos. Durante la investigación del Ministerio Público, se comprobó que los privados de libertad usaron fusiles AK-47 y pistolas 9 milímetros para atacarse mutuamente.
A raíz de este incidente, se reforzaron las medidas de control para el ingreso a los centros penitenciarios.


