Disparos de perdigones y laceraciones sufrieron al menos 18 de los 41 internos que estaban en el Centro de Cumplimiento de Menores de Tocumen el 9 de enero de 2011, cuando un incendio supuestamente ocasionado por policías en la celda seis provocó la muerte de cinco adolescentes y heridas graves a otros dos.
Así consta en el informe del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf) presentado ayer durante el décimo día del juicio que se sigue a nueve policías, dos custodios y a la entonces directora del centro Iris Cedeño por homicidio, tentativa de homicidio y tratos inhumanos.
En la audiencia de ayer, los abogados de la defensa interrogaron al director del Imelcf, Humberto Mas, sobre la idoneidad de los peritos forenses que realizaron las evaluaciones médicas de víctimas y sobrevivientes.
Mas sostuvo que todos los peritos que laboran en el Imelcf tienen una preparación académica que les permite ingresar al instituto y luego realizar una pasantía por los diferentes departamentos de Criminalística.
Detalló que la Ley 50 de 2006, que creó el Imelcf, permitió que funcionarios de la extinta Policía Técnica Judicial pasaran a ser parte del instituto como peritos.
Además, precisó que existe un consejo técnico que se encarga de evaluar a los aspirantes que quieran pertenecer al Imelcf.
Los abogados también cuestionaron el informe elaborado por el perito Eric Portugal, según el cual las bombas lacrimógenas usadas por los policías antimotines no deben utilizarse en lugares cerrados.
Además, precisa que una vez liberado el pin de seguridad y se acciona la palanca de la bomba, esta emite una chispa y su contenido expande una temperatura de entre 2 mil y 4 mil grados Farenheit (entre 1,093.3 y 2,204.4 grados centígrados), que al entrar en contacto con cuerpos sólidos inflamables, como tela, plástico y foam, producen combustión.
El informe concluye que al estar activada y entrar en contacto con materiales solidos, líquidos o gaseosos, la bomba lacrimógena se puede considerar como una fuente de ignición.
Carlos Herrera Morán, abogado de familiares de las víctimas, indicó que el informe de los peritos del Imelcf goza de absoluta credibilidad, pero la defensa de los acusados intenta ahora desacreditarlo.
Ayer también compareció el perito particular Omar Andrés Tucker –promovido por la defensa de los imputados–, quien analizó algunos de los informes de balística sobre las lesiones producidas por disparos de perdigones a varios de los adolescentes internos.
Según Tucker, no se puede determinar con certeza si algunas de las lesiones a los menores que se señalan en el informe del Imelcf fueron provocadas por disparos de perdigones o por algún otro objeto contundente.
De acuerdo con el perito, en algunos casos tampoco se estableció por parte del Imelcf si las lesiones dejarían algún tipo de marca permanente en las víctimas.