Por un lado, 12 policías heridos y 21 personas detenidas; por el otro, múltiples acusaciones de represión por parte de los uniformados, luego de que recurrieran a la fuerza para abrir la vía Interamericana en la tarde del pasado 19 de julio.
Este fue el resultado de los enfrentamientos registrados en Santiago de Veraguas entre manifestantes, la mayoría de la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado (Anadepo), y agentes de la Policía Nacional.
De acuerdo con los reportes de la propia Policía, sus agentes heridos fueron atendidos en el hospital Luis Chicho Fábrega. En la refriega, los manifestantes se apoderaron de dos patrullas, que posteriormente fueron quemadas. Asimismo, tres agentes fueron retenidos en una residencia cercana al área de las protestas.
Sobre estos hechos, las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública informaron a través de un comunicado que presentarán ante el Ministerio Público las denuncias correspondientes por la presunta comisión de los delitos de intento de homicidio, lesiones personales, privación de libertad y daños a los bienes públicos.
’Represión’
Sin embargo, varios de los que estaban en la protesta de la tarde del pasado martes dijeron a este medio que se trató de un acto de “represión” de la Policía Nacional. “Da tristeza cómo han venido los antimotines a reprimirnos a nosotros, los veragüenses. Ellos saben que nosotros no teníamos armas.
Llegaron con armas de grueso calibre. ¿Dónde está el gobernador?, ¿dónde están las autoridades? (...)”, declaró María Díaz a La Prensa.
Otro ciudadano mostró perdigones que quedaron en el área donde se registraron los disturbios.
Manifestantes también enseñaron fotografías de personas con ojos lesionados, heridas en la boca y en otras partes partes del cuerpo.
Maestros de la Asociación de Educadores Veragüenses, por su lado, tildaron de “represión” la operación desplegada por la Policía Nacional.
En tanto, la ola de violencia se extendió en la tarde de ayer miércoles 20 de julio a las calles 21, 16 y 17 de El Chorrillo y Patio Pinel, donde bandas rivales se enfrentaron a tiros. En medio de los hechos, el presunto cabecilla de la banda Los BBS resultó muerto.
El tiroteo generó pánico entre los transeúntes, que huyeron hacia Santa Ana.
Según reportes de la Policía Nacional, durante el hecho un grupo de jóvenes intentó vandalizar algunos comercios y asaltar a conductores que circulaban por el lugar.
El jefe de la zona policial de Metro Oeste, Roberto Rodríguez, dijo que fue necesario desplegar un contingente para mantener el orden, “ya que algunos ciudadanos intentaron quemar llantas y fomentar el caos para cometer actos delictivos”. En medio de la crisis social que vive el país, la Policía tiene en la calle hasta 8 mil agentes por turno.