En el corazón de la vigilia que espera el fallo sobre el contrato minero

En el corazón de la vigilia que espera el fallo sobre el contrato minero
Una de las escenas de la vigilia frente a la Corte Suprema de Justicia. Ciudadanos y organizaciones esperan que el tribunal declare inconstitucional el contrato minero. LP Isaac Ortega


Vielka González tiene una semana de estar acampando frente al Palacio Gil Ponce, sede de la Corte Suprema de Justicia, en las faldas del cerro Ancón. Al igual que miles de ciudadanos, ella exige que la Corte declare inconstitucional la Ley 406 de 2023, que adoptó el contrato entre Minera Panamá y el Estado panameño, para continuar la explotación de una mina a cielo abierto en Donoso, Colón.

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En las carpas hay mucha vida, movimiento, entusiasmo. Durante la mañana del viernes 24 de noviembre, mientras el pleno del máximo tribunal de justicia se declaró en sesión permanente para decidir sobre dos de las demandas contra el contrato minero, afuera se preparaba café y té; también había emparedados.

No es lo único: en la carpa también se fríe carne, una escena inédita. Nunca antes la ciudadanía había acampado para esperar un fallo, así como tampoco la Corte había explicado las fases del proceso, ni anunciado a partir de cuándo iba a deliberar. Las masivas protestas contra la Ley 406, que empezaron cuando la Asamblea la aprobó en tercer debate, el presidente Laurentino Cortizo la sancionó y la Gaceta Oficial la promulgó (todo el 20 de octubre), sacaron del mutismo a la Corte.

En el corazón de la vigilia que espera el fallo sobre el contrato minero
Vigilia en los predios de la Corte Suprema de Justicia. LP Miguel Cavalli

Ya la Corte Suprema ha tratado este espinoso tema. En 2017, declaró inconstitucional el contrato ley que en 1997 avaló la concesión para la explotación de la mina en Donoso, otorgada inicialmente a la extinta Minera Petaquilla, cuyos derechos recayeron tras varias ventas en Minera Panamá, filial de la canadiense First Quantum.

Vielka comparte una carpa junto a un grupo de activistas del movimiento Oeste Sin Minería, pero ella asegura que no pertenece a ninguna organización específica. En conversación con La Prensa, contó que decidió participar en la vigilia porque siente que es necesario que los magistrados sepan que hay ciudadanos que no quieren que en el país exista minería a cielo abierto.

“Estoy aquí por mis propios medios”, manifestó. También afirma estar agradecida con todas las personas que estos días han hecho vigilia.

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Los participantes en la vigilia esperan que se declare inconstitucional la Ley 406 que adopta el contrato con Minero Panamá. LP. Isaac Ortega

Ricardo es un joven del poblado Ñu Kribo, en la comarca Ngabe Buglé. Estudia en la Universidad de Panamá y tomó la decisión de acudir con varios de sus compañeros para participar en la vigilia en Ancón. Es uno de los huéspedes del campamento de Oeste Sin Minería. Contó que el movimiento nació hace algo más de un mes, cuando se iniciaron las protestas en contra del contrato minero. Con los días, este grupo ha ido sumando más gente; a muchos los conoció precisamente en las multitudinarias protestas que partían desde el letrero que dice “Panamá”, en la cinta costera, en el corazón de la capital.

El campamento fue instalado hace varios días. El grupo se turna con el propósito de que siempre estén varios en vigilia. Los que trabajan llegan en las tardes y reemplazan a quienes estaban desde la mañana.

Marta es de Aguadulce, Coclé. Ayer viernes también estaba en la vigilia. Narró que es funcionaria de la Caja de Seguro Social y acude a los predios de la Corte cuando sale de su trabajo. Su familia está acampando desde hace dos días.

La vigilia surgió como una propuesta de los grupos Sal de las Redes, Panamá Vale Más Sin Minería y Panamá Verde. Se trata de otra fase de la protesta contra la Ley 406, después de semanas desfilando por la cinta costera y calle 50 y haciendo concentraciones en la cinta costera. Estos grupos mermaron las manifestaciones en las calles, cuando la Asamblea Nacional aprobó una moratoria de la minería metálica en todo el país, iniciativa que, una vez sancionada por el presidente Cortizo, se convirtió en la Ley 407 de 2023.

Entonces, pusieron su mirada en la Corte, donde hay 10 demandas de inconstitucionalidad contra la Ley 406.

En los últimos días se les unieron otras agrupaciones como el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (Suntracs) y la Asociación de Profesores de Panamá, entre otros. Pero también hay ciudadanos de distintas edades y profesiones. Es un movimiento grande y diverso. Además de las pancartas a favor del ambiente y en contra de la minería, también hay expresiones artísticas, danzas indígenas, discursos, música, banderas de Panamá.

Un contingente de la Policía Nacional resguarda el área.

Allí, frente a las escalinatas del Gil Ponce, también se congregan los que llegan en distintas marchas contra el contrato minero.

En el corazón de la vigilia que espera el fallo sobre el contrato minero

Ayer viernes, después de las 2:00 p.m., miembros del Suntracs pronunciaron acalorados discursos exigiendo una sentencia rápida de las demandas de inconstitucionalidad. Lanzaron arengas contra la policía, los periodistas y los propios magistrados de la Corte.

Paralelamente, los nueve magistrados que conforman el pleno de la Corte seguían analizando dos de las demandas presentadas ante esa corporación de justicia.


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