Guillermo Ferrufino y su esposa Milena Vallarino no pudieron justificar movimientos bancarios, la compra de múltiples bienes, el pago de deudas, la apertura de sociedades y sus abultadas cuentas de bancos. El exministro de Desarrollo Social (2009-2012) y su cónyuge no probaron que los $2 millones 288 mil 851 auditados fueron obtenidos de manera lícita.
Estos elementos y otros fueron tomados en consideración por los magistrados del Tribunal Superior de Liquidación de Causas Penales, para confirmar la condena en primera instancia de seis años de prisión por enriquecimiento injustificado.
La decisión del tribunal, recogida en un fallo de 25 páginas, destaca que cuando Ferrufino realizó su declaración jurada de bienes patrimoniales, requisito que se le exige a los funcionarios de alta jerarquía (antes de asumir el cargo y también al abandonarlo), tenía una cuenta en el Banco General por $23.08; después recibió una transacción de $90 mil. La sentencia detalla diversos movimientos bancarios: desembolsos por miles de dólares, apertura de plazos fijos y cancelación de deudas de tarjetas de créditos, entre otros. Menciona una lista de propiedades y bienes adquiridos sin justificación: una moto Yamaha ($7 mil), una camioneta Land Cruiser Prado ($42 mil 83) y cinco fincas, cada una adquirida a un precio entre $100 mil a $500 mil, entre otros.
De su esposa Milena Vallarino, los magistrados dicen que “no pudo justificar que mantuviera un salario que sustentara todas las propiedades y cuentas que mantiene a su nombre”.
Pese a la condena en segunda instancia, el exministro tiene una salida para no ir a prisión: recurrir a la Corte Suprema de Justicia, con un recurso de casación. Así lo explicaron en el Ministerio Público a este medio.