Una nueva hipótesis sugiere que la bomba que transportaba Lia Ali Jamal y que hizo explotar el vuelo 901 de Alas Chiricanas el 19 de julio de 1994, con 21 personas a bordo, fue activada de forma remota.
La fiscal superior de descarga, Geomara Guerra, explicó que tras una serie de análisis técnicos realizados por especialistas del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) que colaboran en la investigación, se ha podido establecer que la bomba oculta en un radiotransmisor que portaba Lia Ali Jamal pudo ser activada de manera remota. Ya hay indicios de que para ese día otros miembros del grupo que participaron en el atentado se encontraban en la provincia de Colón.
La teoría inicial manejada por las autoridades era que Lia Ali Jamal activó la bomba cuando subió a la aeronave con el radiotransmisor en el que la transportaba. Guerra explicó que el vuelo 901 de la línea aérea Alas Chiricanas explotó a las 5:20 p.m. del martes 19 de julio, a pocos momentos de despegar del aeropuerto Enrique A. Jiménez, en el área del Cerro Santa Rita, y que la bomba se encontraba en el radio de alcance para ser activada de manera remota.
La fiscal reveló que, con la reapertura de la investigación en 2017, tras recibir información aportada por autoridades israelíes, en la que se vinculaba al grupo libanés Hezbollah (Hizbulá) con el atentado, se ha logrado recoger una gran cantidad de información y realizar nuevas diligencias a fin de esclarecer los hechos. Durante las investigaciones, la fiscalía regresó al lugar de los hechos e hizo una serie de diligencias con las que se pudo certificar que Lia Ali Jamal estaba en compañía de otras personas en la provincia de Colón.
Mañana se cumplen 30 años desde el atentado de Alas Chiricanas. Don Ramy Attie plantea preguntas importantes sobre la investigación, pues son tres décadas y aún no hay respuestas. Con el mundo tan revuelto, es importante que Panamá sea un lugar de paz, seguridad y respeto, y que…
— Ana Karina Smith C. (@anaksmithcain) July 18, 2024
El Ministerio Público también pudo establecer que existió una relación directa entre el atentado perpetrado un día antes en Argentina contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó un saldo de 85 muertos.
Las autoridades pudieron corroborar que, una vez registrado el atentado en Argentina, se realizaron una serie de llamadas a la provincia de Colón, que pudieron estar relacionadas con lo que pasaría en el vuelo 901 de Alas Chiricanas.
Dos sospechosos
Hasta ahora, la fiscalía ha logrado vincular con el atentado a Ali Zaki Jalil, un hombre que hoy día tiene 56 años de edad. También tiene ahora un segundo sospechoso, cuya identidad se mantiene en reserva y podría tener una conexión directa con el atentado. Según las investigaciones, ambos son de origen libanés y pertenecen al grupo Hezbollah, y uno de ellos estuvo en compañía de Lia Ali Jamal, quien portaba el radio con los explosivos y murió junto a los pasajeros y la tripulación.
En 2020, el FBI emitió una nota de búsqueda de Ali Zaki Jalil como una persona que podría tener información sobre este atentado en el que viajaban ciudadanos de Panamá, Israel, Estados Unidos y Colombia. Zaki es descrito como un hombre de complexión robusta que practica el paracaidismo.
Previamente, la agencia de investigación estadounidense informó que el 27 de mayo de 1994, un hombre “del Medio Oriente” no identificado utilizó una tarjeta de crédito robada a un estadounidense para alquilar un auto Mazda 4x4 en una arrendadora ubicada en la ciudad de Panamá. Al día siguiente, ese mismo hombre llamó a la compañía para indicar que deseaba alquilar un segundo vehículo, un Jeep Cherokee 4x4, ya que un amigo estaba utilizando el Mazda 4x4. El alquiler de los dos automóviles fue cargado a la tarjeta de crédito robada y ambos vehículos aparecieron abandonados posteriormente, cerca del aeropuerto de Tocumen.
Asistencias judiciales
La fiscalía ha solicitado una serie de asistencias judiciales a Estados Unidos, Israel y Argentina, en busca de información que le permita la vinculación de otras personas con el atentado.
La fiscal Jones reconoció que se trata de una investigación compleja en la que se ha requerido mucho esfuerzo por parte de los investigadores y la obtención de información para reconstruir con exactitud los hechos y sus autores. Asimismo, reconoció que el paso del tiempo puede facilitar la pérdida de evidencias y testimonios valiosos que podrían aportar información significativa a la investigación.
Tanto en Argentina como en Panamá se realizaron actividades en recordación de las víctimas de ambos atentados, que llenaron de luto y dolor a cientos de personas.
