La jueza de garantías del Segundo Distrito Judicial (Coclé y Veraguas), Anayansi Vásquez, imputó cargos a cinco personas por su presunta participación en el homicidio y secuestro del ciudadano estadounidense Randall Leigh Stettmeir Tilly y del piloto Armando Eliécer Pittí. Sus cuerpos fueron encontrados el 30 de octubre de 2021 en las inmediaciones del río Chico, en Natá, provincia de Coclé.
La jueza Vásquez ordenó la detención de cuatro de los investigados, mientras que al quinto imputado le impuso la medida cautelar de notificación los días 15 y 30 de cada mes.
El 24 de octubre de 2021, Stettmeir Tilly, dueño de la empresa de fumigación FABSA, y su piloto, Armando Eliécer Pittí, partieron de Chiriquí hacia Soná, en la provincia de Veraguas, junto con su socia Ruth Saucedo, con el propósito de realizar una fumigación.
Sin embargo, nunca llegaron a su destino. Días después, sus familiares recibieron una llamada en la que se les exigía el pago de $200,000 por su liberación. El 30 de octubre de 2021, los cuerpos de Stettmeir Tilly y Miranda fueron hallados en las cercanías del río Chico, en Natá. Horas antes, las autoridades encontraron a Ruth Saucedo en Capellanía, también en Natá, con múltiples heridas de arma blanca.
En la audiencia celebrada el lunes, la jueza Vásquez también imputó a los cinco procesados por los delitos de tentativa de homicidio y asociación ilícita. Esta diligencia se había pospuesto por varios meses debido a un conflicto de competencia entre los juzgados de garantías de Coclé y Chiriquí.
Según las investigaciones de la Fiscalía de Homicidio y Femicidio de Coclé, los imputados, entre ellos dos mujeres, no fueron los autores materiales del doble crimen, pero colaboraron con el secuestro de las víctimas.
En un acto separado realizado en Coclé, tres de los procesados llegaron a un acuerdo de pena con la Fiscalía Especializada contra la Delincuencia Organizada por el delito de secuestro.
Stettmeir Tilly, quien llevaba varios años viviendo en la provincia de Chiriquí, era propietario de un helicóptero con el que realizaba trabajos de fumigación. Miranda, por su parte, era su piloto de confianza.
Las autoridades estiman que el secuestro fue orquestado por una red criminal que opera en la ciudad de Panamá y que tiene ramificaciones en Chiriquí. Aún se busca a los autores materiales del doble homicidio.