La defensa de Jürgen Mossack y Ramón Fonseca Mora, fundadores de la extinta firma forense Mossack Fonseca, aseguró que no hay pruebas que acrediten la comisión del delito de blanqueo de capitales y que todo el caso Lava Jato se sustenta en “indicios” y “elucubraciones”.
La abogada Guillermina McDonald, que también defiende a otros tres imputados (Sandra de Cornejo, Katia Solano y Edison Teano), hizo estos señalamientos la tarde del viernes 30 de junio, al inicio de la fase de alegatos de la defensa, luego de que la Fiscalía Segunda Especializada contra la Delincuencia Organizada terminara su turno en la mañana de ayer.
McDonald fue la primera abogada defensora en intervenir. Dijo que el modelo de gestión de Mossack Fonseca fue replicado -según ella- por otras firmas de abogados, que también tienen oficinas de representación en diversas partes del mundo. Se quejó porque algunos sectores han querido “satanizar” el uso de sociedades anónimas y dijo que tener directores nominales es un acto permitido por la ley y no una actividad ilícita.
La fiscalía, en todo momento, ha dicho que no se persigue a Mossack Fonseca por ejercer como abogados, sino por haber prestado sociedades, fundaciones y otros servicios que facilitaron el blanqueo de dineros ligados a actos de corrupción.
McDonald insistió que Mossack y Fonseca Mora no eran los dueños de Mossack Fonseca do Brasil y que con esa oficina había un contrato que le permitía usar el nombre y logo de la compañía. La dueña, según ellos, era María Mercedes Riaño, quien también está imputada. La abogada dijo que Riaño fue presionada por el Ministerio Público, para que presentara una denuncia.
También refutó la aseveración de la fiscalía de que Teano fuera el enlace entre la firma en Panamá y Mossack Fonseca do Brasil. Teano, según ella, solo impartió cursos sobre las sociedades anónimas, pero que eso no es un delito.
Pero contra Teano no solo está el testimonio de Riaño, sino también el de Lurys Madrid, quien por 18 años trabajó en Mossack Fonseca y fue oficial de cumplimiento de la firma. Madrid, que tiene un acuerdo de colaboración con la fiscalía, contó que Riaño informaba sobre los servicios y actividades de sus clientes brasileños a Teano. Uno de esos clientes importantes era Ademir Auada, condenado por actos de corrupción en Brasil.
Madrid identificó a Sandra Naranjo de Cornejo como la jefa de la oficina de cumplimiento del bufete y custodiaba toda la información de la oficina de Brasil. Según Madrid, Mossack Fonseca do Brasil no había la diligencia debida de sus clientes en ese país; si había algún documento, se lo mandaban a Cornejo para que lo examinara. También acusó a Naranjo de obligar a los directores nominales a firmar documentos y formularios de apertura de cuentas bancarias en blanco, sin que se precisara quiénes eran los beneficiarios finales de esas transacciones. Madrid agregó que esas eran instrucciones de los señores Fonseca y Mossack.
Pero para McDonald, Cornejo no incurrió en ninguna actividad delictiva, ya que solo cumplió con su labor de verificación de los clientes.
Sobre Katia Solano, directora de recursos humanos de Mossack Fonseca, McDonald dijo que tampoco existe prueba alguna de haber incurrido en ningún tipo de acción delictiva. Admite que sí se le atribuyó una relación comercial con Auada, pero que la investigación seguida en Brasil fue cerrada por falta de pruebas.
En la investigación consta que Solano está relacionada con la sociedad Murray Holding Llc., ligada a Auada. También figura como directora y dignataria de otras sociedades que fueron objetos de investigación.
McDonald pidió la absolución de sus defendidos, igual que Basilio González, abogado de Carlos Charlie Sousa-Lennox, director de mercadeo y ventas de Mossack Fonseca, por lo que se encargaba de las actividades de promoción de la firma y la atención a algunos clientes y medios de comunicación.
Sousa-Lennox es candidato a diputado en el circuito 8-4, por el Partido Revolucionario Democrático (PRD). Se le vincula al caso porque figura como firmante de una cuenta bancaria a titulo de MF Treasurer Ltd., que a su vez recibió fondos de Mossack Fonseca do Brasil, que venían de parte de sociedades y personas sancionadas por actos de corrupción en ese país.
Pero González dijo que no hay pruebas contra su cliente, por lo que también pidió su absolución.
El juicio se reanuda el próximo lunes 3 de julio, en la sala de la juez penal Baloisa Marquínez.