Además de pagar sobornos millonarios a políticos y funcionarios, arrodillar a bancos y abrir cientos de sociedades para mover dinero oscuro, la gigante brasilera Odebrecht habría financiado los lujos de las amantes del expresidente Ricardo Martinelli.
Desde 2012, aportó al menos $691 mil dólares para joyas, obras de arte y pagos en transferencias de cuatro mujeres que en la vista fiscal se mencionan como “amigas íntimas” de quien fuera presidente de Panamá entre 2009 y 2014, Martinelli. En el Drousys, el complejo sistema donde Odebrecht guardaba los seudónimos de quienes recibían sobornos, figuran con un sobrenombre curioso: Periquitas.
Fueron cuatro y eran Linda Gesto, Periquita 1; Úrsula Banz, Periquita 2; María Sol Rivera, Periquita 3; y, la última pero aparentemente la más beneficiada, era Periquita 4: Aurora Muradas. Lo que recibieron está documentado en Panabrecht, la primera base de datos interactiva del caso Odebrecht en Panamá, construida por La Prensa.
Vea: Panabrecht, los imputados y sus vínculos
Ahora, las grabaciones de una supuesta conversación en las que habrían intervenido el expresidente Ricardo Martinelli y su exsecretario privado, Adolfo “Chichí” de Obarrio, revelan detalles desconocidos en la trama de las amantes del expresidente.
La gran conversación
El medio digital Foco Panamá compartió una supuesta conversación el lunes 4 de septiembre: Martinelli y Obarrio aparentemente idean y coordinan un plan para crear contratos ficticios, para beneficio de las “amantes” y así extraer millones de dólares de los contratos que la constructora brasileña firmaba con el Estado panameño.
Allí, repasan el contrato esbozado para tal fin: la supuesta voz del exsecretario de Martinelli leyendo en voz alta el modelo de contrato ficticio -las generales de la mujer que firmaría el contrato, y que sería un contrato entre la supuesta beneficiada y Odebrecht, por supuestos servicios profesionales-, mientras su jefe –que estaría a su lado– lo corregía cuando se equivocaba en la lectura.
De Obarrio le recomendaría a Martinelli que los contratos –elaborados a cinco años y por un monto de $2 millones, o cerca de $35 mil al mes– fueran revisados por un abogado y que quien los firmara fuera una persona “X” o “un testaferro de [André] Rabello”, exsuperintendente de Odebrecht en Panamá.
Los supuestos audios de Martinelli revelados por Foco Panamá
Martinelli agregaría que la persona que firme ese contrato debía ser una que “no vaya a regresar más nunca” a Panamá, seguramente para que no pudiera testificar en un proceso legal, si ese fuera el caso. Luego dijo que los contratos se cancelarían antes de cumplirse el tiempo de contratación y que ellas mantendrían esos contratos en su poder.
El expresidente respondió a la publicación por redes sociales que no participó en dicha conversación y pudo haber sido producto de programas de inteligencia artificial.
Las Periquitas en Panabrecht
A solicitud de jefe de la gigante brasilera en Panamá, Andrés Rabello, abrieron cuatro cuentas bancarias para cada una de ellas en el banco PKB de Antigua. La de Muradas quedó a nombre de su hijo: Fernando Carreiro Muradas, quien fue imputado por la fiscalía por el delito de blanqueo de capitales, pero quedó afuera del juicio programado para fines de septiembre. Según Rabello, los aportes eran para “soporte familiar” y habían sido pedidos por Martinelli. También solicitaron tarjetas de créditos, asociadas a esas cuentas. Allí recibieron fondos de la sociedad Ample Power, controlada por Odebrecht.
Entre las cuatro suman 37 interacciones directas en Panabrecht. La cadena de vínculos las conecta con esa empresa en Hong Kong, Corporación Logística del Caribe o Jiu Shun Internacional, ambas vinculadas a Ramón Carretero Napolitano, que recibían fondos de otras manejadas por el sector de Operaciones Estructuradas -el eufemismo con que la empresa designó al Departamento de Coimas- con un único destino en Panamá: $691 mil para el sustento de las amantes del expresidente y candidato para las presidenciales de 2024, Martinelli.
La vista fiscal destaca sobre todo los lujos que recibió Aurora Muradas, la Periquita 4: una obra de arte con un valor de $85 mil, comprada a la galería Habitante; $36 mil para compras en EuroBoutique y al menos $20 mil para joyas en Cartier de Multiplaza. Además, al menos $90 mil en transferencias.
A Linda Gesto, Periquita 1, le transfirieron al menos $160 mil, según los registros bancarios mencionados en la vista fiscal. A Úrsula Banz, Periquita 2, al menos $150 mil. Banz, además, estaba acomodada en la nómina de la Asamblea Nacional. María Sol Rivera -o Periquita 3-, también recibió $150 mil, según la investigación de los fiscales.
De ellas, la única que declaró ante los fiscales en la fase de investigación fue Úrsula Banz, quien dijo que era inocente en relación a los cargos que se le imputaban y se acogió al artículo 25 de la Constitución Nacional: “Nadie está obligado a declarar en asunto criminal, correccional o de policía, contra sí mismo, su cónyuge o sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad”. Cuando las citaron, Aurora y su hijo presentaron incapacidad por covid-19. Linda y María del Sol no asistieron, sin ninguna excusa.
Solo la última de las Periquitas, Aurora Muradas, fue llamada a juicio en la causa.
Espionaje
Un primer audio publicado por Foco revela, a su vez, una supuesta conversación en la que participarían, una vez más, Ricardo Martinelli padre, sus hijos, Ricardo Alberto y Luis Enrique, así como el exsecretario privado De Obarrio, en la que el tema es la forma de protegerse de ser espiados por el gobierno de Juan Carlos Varela a través de sus respectivos celulares, razón por la cual, todos en la habitación donde se habría desarrollado la conversación, guardaron sus celulares en un lugar apartado.
De acuerdo con Foco, esta conversación tuvo lugar tras la salida de Martinelli del Gobierno. La voz que Foco identifica como la del exgobernante dice que él habló con “la tipa de la CIA, y que esta le aseguró que “el Gobierno no tenía [equipos] para pinchar [la aplicación para chatear] Telegram… Y me dijo que sí, que Telegram lo maneja Rusia”.
La conversación de Martinelli con sus hijos y su exsecretario privado sobre espionaje.
Añadió esa voz, supuestamente de Martinelli, que alguien llamado Carlos le dijo que “los cubanos nada más usan Telegram.., y que el WhatsApp lo pincharon, hasta que lo encriptaron”. Martinelli habría dicho entonces que le pediría a “Elsa” [presuntamente su exsecretaria] que cambiara sus teléfonos de compañía de celular, específicamente, pensaba contratar los servicios de Movistar.
De Obarrio le habría respondido: “Yo creo que estás viviendo en ‘fantasyland’… Tu podías pinchar Telegram, podías pinchar todo eso… Tu pinchabas todo, todo…”. Enseguida, la voz que Foco identifica como la de Luis Enrique Martinelli Linares sostiene: “Tu prendías el micrófono… todo”, pero Martinelli habría alegado que el equipo para pinchar Telegram “no lo tienen ellos [el Gobierno de Juan Carlos Varela], según la tipa esta [de la CIA].
De Obarrio entonces le habría preguntado a Martinelli que ella cómo podía saber esa información, es decir, que no se podía pinchar Telegram. Martinelli habría respondido que la mujer de la CIA que le dio la información “trabajaba con Rolando López en el Consejo [de Seguridad].
De Obarrio entonces le habría replicado al expresidente: “Ellos nunca hubieran sabido que tú hacías eso hasta el día que ellos estaban hablando y a las ocho horas o las dos horas, tu pusiste un tweet de la conversación que ellos tenían… De ahí más nunca pudiste verles nada, porque se enteraron de que los estabas pinchando…”.
“Ellos –dijo de Obarrio– no dicen nada… se quedan tumba, y lo único que están haciendo es recolectando información… Lo primero que esos manes hicieron [presuntamente el Gobierno de Varela] fue comprar una pinchadora… y tu podías pinchar Telegram, WhatsApp y todo”.
La supuesta voz de Kike Martinelli le da la razón a De Obarrio, y agregó: “Es más, [la supuesta pinchadora del Gobierno de Varela] es más avanzada que la tuya, porque la de ellos reconoce hasta voz”. Martinelli entonces habría dicho: “Está duro que tenga eso… pero cuidémonos, cuidémonos pues…”.