Oro, joyas, relojes antiguos y monedas extranjeras que, incluso, dejaron de circular en sus países de origen. Las bóvedas del Banco Nacional de Panamá (BNP) guardan un verdadero tesoro para coleccionistas y amantes de antigüedades.
Se trata de 819 bienes custodiados por el BNP por instrucciones del Ministerio Público, el Órgano Judicial y otras instituciones del Estado, como la Autoridad Nacional de Aduanas, entre 1932 y 2020. Muchos están en calidad de aprehendidos y otros han sido formalmente comisados por sentencias judiciales o resoluciones administrativas.
Para el principal banco del Estado esto representa, además de limitar el espacio de sus bóvedas, costos adicionales por razón de que se le incrementan las coberturas de pólizas de seguro, explicó un vocero de la institución, que precisó que no se pueden tomar fotos porque los bienes están “en bolsas de seguridad selladas” y se requeriría autorización de quien pidió su custodia. Para el BNP la custodia implica, además, gastos en transporte, movilización de personal, almacenamiento, mantenimiento y seguridad de las instalaciones. Si bien se tiene un inventario, hay sobres o bolsas cuyo contenido real se desconoce o solo se sabe su descripción genérica: oro o monedas de determinado país, por ejemplo.
Relojes antiguos y monedas que ya no circulan
Existen al menos tres relojes marca Waltham, Elgin y Mido aprehendidos en 1955, hace 67 años, según se desprende de un informe parcial de estos bienes del Ministerio Público y del Órgano Judicial al que tuvo acceso este medio.
Además, hay monedas o papel moneda de los 23 países de la Unión Europea que desde 2002 empezaron a usar el euro en lugar de sus antiguas monedas, como la peseta española, el franco belga o los florines de Países Bajos. Un paraíso para los aficionados de la numismática.
Entre las monedas más comunes figuran los pesos colombianos, aprehendidos principalmente por las fiscalías de drogas. Pero también se pueden encontrar dólares de Nueva Zelanda, Jamaica, Bahamas, Australia y Canadá, así como pesos cubanos, dominicanos y mexicanos.
Hay bolívares (Venezuela), córdobas (Nicaragua), colones (Costa Rica), quetzales (Guatemala), sucres (Ecuador), bolivianos (Bolivia), libra esterlina y peniques (Inglaterra), coronas danesas, florines arubeños o euros. No hay dólares estadounidenses porque, al ser una moneda de curso legal en Panamá, se pueden depositar en cuentas bancarias.
Los bienes, que generalmente tienen un historial oscuro o de amargas disputas, permanecen en el BNP hasta que los tribunales decidan su futuro. Ese fue el caso, por ejemplo, de los 66 kilos de oro con restos de metanfetaminas decomisados por Aduanas en 2009 a un orfebre mexicano, cuya familia acusa a la diputada Zulay Rodríguez, su antigua abogada, de despojarlo del valioso cargamento. Permaneció en las bóvedas del BNP hasta septiembre de 2018 luego de que el Primer Tribunal Superior revocara la decisión de Aduanas.
MEF: incorporar, liquidar y repartir los bienes
La existencia de estos bienes en las bóvedas del BNP fue motivo de un reciente debate en la Asamblea Nacional. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a través de su titular Héctor Alexander, propuso que estos pasen al MEF. Para ello presentó el proyecto de Ley 599 que reformaría la Ley 57 de 2013 que ordena que los bienes muebles e inmuebles que resulten aprehendidos y comisados por funcionario de instrucción, siempre y cuando se trate de delitos relacionados contra la administración pública, blanqueo de capitales, financieros, terrorismo, narcotráfico y delitos conexos queden a órdenes del MEF hasta que la causa sea decidida por un tribunal competente.
Se propuso específicamente que los bienes depositados en el BNP a órdenes del Órgano Judicial o del Ministerio Público y “sobre los cuales no se haya ordenado pena de comiso, no se haya remitido comunicación alguna a la entidad bancaria o realizado gestión por parte de la autoridad competente” quedarán a órdenes del MEF en calidad de “bienes comisados”.
El BNP, por su parte, ya no quiere tener estos bienes. Katia Blandón, del equipo legal del BNP, sustentó que hacen todo lo posible para que cada institución se haga responsable de sus bienes para evitar los altos costos que implica su custodia.
La iniciativa del MEF, sin embargo, no pasó de la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea, principalmente porque desde el Ministerio Público la fiscal superior Grisell Mojica advirtió que el “comiso” es una pena y, por tanto, solo puede ser dictada por un juez. Es decir, el legislador o el MEF no pueden atribuirse funciones de juez y quitarle los bienes a un particular sin el debido proceso.
Ante consulta de este diario, Orcila de Constable, jefa de la Dirección de Administración de Bienes Aprehendidos del MEF, explicó que la idea es -o era- disponer de estos bienes para su venta o liquidación y que los fondos resultantes pasaran a la Cuenta Especial de Bienes Comisados del MEF para su posterior distribución, tal y como lo establece la Ley 57 de 2013.
Este reparto se hace así: 35% para el Ministerio de Seguridad Pública, 30% para la Comisión Nacional para el Estudio y la Prevención de Drogas (Conapred), 15% para el MEF, 10% para Pandeportes y 10% para el Ministerio de Cultura.
Vehículos, apartamentos y veleros a la venta
En lo que va de 2022, la Dirección de Administración de Bienes Aprehendidos del MEF ha subastado un total de 50 bienes, que incluyen vehículos, bienes inmuebles, un velero y lotes de autos en mal estado. Las subastas se anuncian a través del portal www.panamacompra.gob.pa o de la cuenta de Instagram @bienesaprehendidospma.
No es poca cosa lo que anualmente se logra liquidar. Solo el año pasado, esta dirección, creada mediante el Decreto Ejecutivo No. 24 del 3 de marzo de 2015, autorizó la distribución de $18,696,470.33 y en lo que va de 2022 se tiene acumulado $18,420,846.66.
Además de esta distribución, el MEF también asigna el uso y custodia provisional de bienes aprehendidos, por ejemplo vehículos, a favor de instituciones públicas u organizaciones no gubernamentales. En ambos casos, el custodio adquiere responsabilidad por la cobertura del seguro del bien, así como los gastos de su conservación y mantenimiento mientras dure la custodia.