En 2016, Karl Sebastian Greenwood y Ruja Ignatova se daban la gran vida. La pareja había cofundado OneCoin, una de las criptomonedas más populares del mercado, recaudando miles de millones de dólares. En un video que circula en YouTube –de mayo de 2016– Greenwood e Ignatova aparecieron en una elegante fiesta de cumpleaños de esta última en Londres.
Un año después, Ignatova se dio a la fuga, junto con la mayoría de los fondos de los inversores, mientras que Greenwood, por su lado, se escondía de los investigadores en Tailandia. Tanto Ignatova como el dinero siguen desaparecidos, mientras que Greenwood –arrestado en 2018 y extraditado a Estados Unidos– fue sentenciado la semana pasada a 20 años de prisión por fraude y lavado de dinero en ese país.
Ahora, información obtenida por La Prensa, da cuenta de que, mientras Greenwood viajaba por todo el mundo promoviendo entre potenciales inversionistas su esquema fraudulento de criptomonedas, pasó una gran cantidad de tiempo en Panamá.
Según la información obtenida, Greenwood ingresó por primera vez al país el 28 de febrero de 2016, utilizando un pasaporte sueco. Llegó a Panamá desde México.
Dos días después, el 2 de marzo, partió de Panamá, a través del Aeropuerto Internacional de Tocumen, con destino a Lima, Perú. Y no fue todo, porque regresó a Panamá, proveniente de Ecuador, el 6 de marzo siguiente. Tres días después, salió de Panamá con rumbo a Brasil. Y una vez más, regresó a Panamá el 13 de marzo. Para todos esos viajes utilizó su pasaporte sueco.
Tres días después, el 16 de marzo, salió del país con destino a Ámsterdam, pero esta vez utilizó su pasaporte británico. Greenwood, de 46 años, tenía doble ciudadanía, tanto de Suecia como del Reino Unido.
Sus viajes a y desde Panamá no terminaron ahí. El 18 de junio de ese mismo año arribó a Panamá procedente de México, y tres días después viajó a Bogotá. Posteriormente, el 28 de junio, regresó al país, ahora procedente, nuevamente de México. El 30 de junio salió de Panamá con destino a Ámsterdam. Esta vez, para ese vuelo, utilizó el pasaporte sueco, tal como lo hizo para todas sus entradas y salidas a Panamá durante ese mes.
Greenwood regresó a Panamá en octubre de 2016, llegando el día 21 procedente de Los Ángeles, Estados Unidos. En esta ocasión permaneció en el país durante cinco días. Regresó a Los Ángeles el 26 de octubre, a diferencia de cuando visitó Panamá en junio, esta vez usó su pasaporte británico. Este viaje, sin embargo, fue muy diferente de los demás, ya que pasó todo su tiempo en Panamá.
Los registros de inmigración que detallan los viajes de Greenwood a Panamá vinculan aún más al país con el escándalo de OneCoin, uno de los fraudes más grandes jamás perpetrados. Las autoridades calculan que desaparecieron unos $4 mil millones en fondos de inversionistas. Como parte de su sentencia en Estados Unidos, a Greenwood se le ordenó pagar $300 millones para resarcir a sus inversionistas.
Según documentos judiciales, Greenwood e Ignatova cofundaron en 2014 la empresa OneCoin, Ltd., que empezó a vender la criptomoneda fraudulenta del mismo nombre desde su sede en Sofía, Bulgaria.
La compañía obtuvo alrededor de $4 mil millones a través de la criptomoneda, pero no contaba con la tecnología blockchain, que hace que otras criptomonedas –como Bitcoin– sean valiosas, lo que significa que los inversores en OneCoin perdieron todo su dinero.
OneCoin comenzó a operar en Estados Unidos en o alrededor de 2015, por lo que Greenwood fue extraditado a ese país para responder por el fraude. Las autoridades dicen que Greenwood “concibió el uso de OneCoin de una estructura marketing multinivel (MLM) y fue el distribuidor maestro global de OneCoin, y el líder de la red MLM, a través de la cual se comercializó y vendió la criptomoneda fraudulenta”.
“El dominio de Greenwood como vendedor y el uso de la estructura de MLM ayudaron a contribuir al rápido crecimiento y al increíble éxito de OneCoin”, agregaron.
Según la evidencia reunida durante la investigación, que incluyó conversaciones entre Ignatova y Greenwood, los cofundadores de la compañía sabían que OneCoin era un fraude, incluso, llegando a referirse a la criptomoneda como “monedas falsas”.
A principios de este año, el podcast “The Missing Cryptoqueen”, de la British Broadcasting Corporation (BBC), vinculó a Ignatova con Panamá a través del uso de ciudadanos panameños como accionistas nominativos de compañías ficticias que creó en los Emiratos Árabes Unidos. Dichos accionistas nominativos también han sido vinculados a varios proveedores panameños de servicios financieros.
A pesar de los crecientes vínculos entre Panamá y el escándalo de OneCoin, poco se ha hecho para investigar este asunto en el país.
En entrevista con La Prensa a principios de este año, el procurador de la Nación, Javier Caraballo, dijo que no solo las autoridades panameñas nunca habían investigado el caso, sino que ninguna agencia internacional, específicamente las de los Estados Unidos –que estaban persiguiendo a Ignatova y procesando a Greenwood– habían presentado solicitudes de asistencia legal mutua, un requisito para examinar cualquier registro financiero en este país.
Sin embargo, dijo que era obvio que un bufete de abogados local o un proveedor de servicios financieros estaba trabajando con Ignatova y sus asociados, una afirmación reforzada aún más por la nueva información sobre los frecuentes viajes de Greenwood a Panamá.
Mientras tanto, Ignatova sigue en libertad. Actualmente está en la lista de los 10 más buscados del FBI, y se ofrece una recompensa por información que conduzca a su captura.