Una operación conjunta entre Panamá y Colombia concluyó con el desmantelamiento de una red criminal con presencia en las costas de Darién, dedicada al tráfico de drogas hacia Centroamérica y Estados Unidos en asociación con el Clan del Golfo. Se le decomisaron más de 800 kilos de cocaína y mil 500 municiones.
La operación Polux se inició en 2019, cuando se descubrió que un agente del Servicio Nacional Aeronaval (Senan) tenía contactos con un grupo de colombianos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC), ahora asociadas al Clan del Golfo, que movía cargamentos de droga hacia la frontera de Darién y a las costas de la provincia de Veraguas.
El director del Senan, Jeremías Urieta, destacó que –como parte del operativo– en Panamá fueron detenidos siete panameños y un colombiano, mientras que en el vecino país las autoridades apresaron a 12 personas, entre ellas el presunto cabecilla de la red, Humberto Reina Yepes, alias El profe.
Según las investigaciones, el funcionario del Senan participaba en la coordinación y apoyo logístico a las embarcaciones con droga, a cuyas tripulaciones se les entregaba combustible, agua y víveres. Además, el agente contactaba a dueños de otras naves para llevar en estas la droga hasta la costa.
Urieta detalló que la red criminal también utilizaba la isla de Coiba para ocultar cargamentos de droga y luego enviarlos a Estados Unidos.
En Colombia, a esta organización se le decomisaron 11 inmuebles, 5 comercios, 9 vehículos, 1 lancha y 10 cuentas bancarias.
La investigación conjunta reveló, además, que en ocasiones el grupo utilizaba sumergibles para transportar la droga.
Se trata de la tercera banda delictiva ligada al Clan del Golfo que ha sido desmantelada en Panamá. La primera de ellas –la pandilla Humildad y Pureza– quedó al descubierto con la operación Damasco en 2019. Entre los presuntos miembros del grupo, bajo investigación, figura una funcionaria del Órgano Judicial. Luego, en la operación Fisher, que se inició en 2020, las autoridades lograron el arresto de 57 personas vinculadas con una red que operaba en las costas de la provincia de Colón y ligadas al Clan del Golfo. A esta banda se le decomisaron $10 millones en una residencia.
En la operación Fisher también se detectó la participación de funcionarios de estamentos de seguridad que daban apoyo logístico para burlar la vigilancia de las patrulleras del Senan.