No tiene "cuentas, tarjetas de crédito ni absolutamente nada"; tenía afán en venir a Panamá "para enfrentar las miles de falacias que tiene este caso"; hace tres años no sufría "ningún achaque", y sus problemas empezaron el día que anunció sus aspiraciones políticas para el año 2019.
Con estos argumentos, el expresidente Ricardo Martinelli intenta convencer al pleno de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que acepte su solicitud de cambio de medida cautelar: de detención provisional, en El Renacer, a detención domiciliaria, bajo vigilancia de agentes del Servicio de Protección Institucional (SPI).
La petición fue sustentada por Martinelli y sus abogados este martes 19 de junio, en su primera comparecencia personal ante el pleno de la CSJ desde que llegó a Panamá extraditado de Estados Unidos, el pasado 11 de junio, para enfrentar el proceso que se le sigue por la posible comisión de los delitos contra la inviolabilidad del secreto y el derecho a la intimidad, y contra la administración pública (peculado).
Martinelli inició su intervención alegando que bajo su mandato de cinco años (2009-2014) Panamá experimentó un crecimiento económico como "jamás" había tenido en su historia republicana. Acto seguido, dijo a los magistrados que desistió de los recursos presentados en tribunales estadounidenses para impedir su extradición, con intención de enfrentar el proceso que actualmente se le sigue, siempre bajo el principio de especialidad.
"Yo me pude haber quedado peleando en Estados Unidos hasta que el gobierno de [Juan Carlos] Varela termine", indicó. Dijo que en Estados Unidos, la jueza federal Marcia Cooke le favoreció con una fianza de excarcelación, el 23 de enero pasado -en realidad, fue el 13 de febrero de 2018-. No dijo que, previamente, otro juez -Edwin Torres- le negó la fianza en dos oportunidades, a pesar de que en una ocasión él mismo ofreció un "paquete" que incluía dos fianzas, una de ellas por $5 millones.
Dijo ser inocente de los delitos que se le achacan. "No quisiera que a mí nadie me violara mi intimidad, y yo soy completamente inocente de esto. No tengo nada que ver con esto".
"Este caso, como muchos otros, fue fabricado políticamente, de lo cual ustedes no tienen ninguna culpa. Aquí no está en juego Ricardo Martinelli. Está en juego el sistema penal acusatorio y la justicia", dijo.
Repitió ser un perseguido político y dijo que el presidente de la República ostenta "demasiado poder".
"Soy un convencido [de ello], porque fui presidente de la República... Hay que hacer una reforma para quitarle poder a los presidentes", propuso. En su mandato de cinco años, jamás se le escuchó proponer algo semejante.
También clamó que, a sus 66 años, gozaba de buena salud.
"No sufría de ningún achaque cuando salí de aquí... No sé quién inventó lo del cáncer de próstata", dijo, obviando que fue él mismo quien informó la semana pasada al magistrado Jerónimo Mejía, juez de garantías del caso, que "probablemente" tenía cáncer de próstata.
Igualmente, dijo no contar con un patrimonio que le permita eludir el proceso judicial en su contra, como temen los querellantes coadyuvantes.
"No tengo ni cuenta ni tarjeta de crédito. Me lo han cerrado todo. Dicen que tengo, tengo y tengo, y no tengo absolutamente nada. He venido a recuperar mi nombre y que mi partido se consolide", indicó. Tampoco dispone de correo electrónico o celular. Sobre el tema partidista, advirtió que la causa judicial fue "fabricada" a fin de inhabilitarlo políticamente.
"Todos mis problemas empezaron cuando dije que tenía una aspiración política para el año 2019", agregó.
Martinelli dijo además que demandará "a todos los que empiecen a calumniar mi nombre y mi familia".
"Tengo demandados a varios periódicos por mencionar mi nombre. Han aguantado bastante, tengo que reconocer", señaló.
El exmandatario se presentó a la audiencia de buen ánimo y vistiendo la camiseta de la selección de fútbol de Panamá. En la sala estaban su esposa Marta Linares de Martinelli, su hija y su yerno, y copartidarios como Luis Eduardo Camacho, Riccardo Francolini y Mariela Vega. Martinelli dijo a los magistrados que su familia pensaba que no debía venir a Panamá, "porque temían por mi vida".
El pasado 21 de diciembre de 2015, el pleno ordenó la detención provisional de Martinelli, 10 días después de que el magistrado Jerónimo Mejía -en funciones de juez de garantías- lo declarara "en rebeldía" al no acudir a una audiencia.
La audiencia de este martes fue dirigida por Hernán De León, presidente interino de la CSJ. Con él estaban los magistrados Ángela Russo, Cecilio Cedalise, Oydén Ortega, Abel Zamorano, Luis Mario Carrasco, Wilfredo Sáenz, Efrén Tello y Secundino Mendieta. Los cuatro últimos son magistrados suplentes. De León advirtió a las partes y al público presente de que están prohibidas las arengas y otras manifestaciones. El que lo haga será desalojado de la sala.