¿Se puede cerrar el tapón del Darién? La pregunta, con sus respectivos análisis, ha dado la vuelta al mundo en los últimos días, luego de que José Raúl Mulino ganara la presidencia de Panamá con el 34.2% de los votos.
Aunque el tema migratorio en Panamá no marcó la campaña política, se introdujo en la agenda pública al final de la campaña cuando Mulino habló de “cerrar” el Darién una y otra vez. Incluso, por esos días visitó a Rodrigo Chaves, mandatario de Costa Rica, y allí reiteró su promesa de cerrar la ruta que se ha convertido en un masivo corredor migratorio.
El asunto también gravitó en su discurso de proclamación la noche del jueves 9 de mayo. “Ya comencé a hablar para terminar la odisea del Darién, que no tiene razón de ser. Y reitero que Panamá y nuestro Darién no son una ruta de tránsito. No señor. Esa es nuestra frontera”, advirtió y enseguida explicó que su concepto de “cierre” implica “un concepto filosófico” que guarda relación con cerrar la frontera en función de que iniciarán, con la ayuda internacional, un proceso de repatriación “con apego” a los derechos humanos. “Aquí el que llega se va a devolver a su país de origen”, alertó.
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En la actualidad, Panamá y su vecino Costa Rica abordan el problema con la política del llamado flujo controlado. Desde los albergues ubicados en Darién, los migrantes son transportados en buses hasta Chiriquí de manera ordenada. De allí, pasan al vecino país centroamericano también de manera controlada. Diariamente, a Panamá llegan alrededor de 1,200 migrantes después de hacer una travesía por la selva que toma hasta 10 días.
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‘No se puede’: Pino
La idea de “cerrar” Darién ya fue tema de debate en el país a finales de agosto de 2023, cuando el ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, aseguró que el masivo corredor migratorio “tenía un límite” para referirse a que, de ser “un tema humanitario”, el asunto pasó a “problema de seguridad nacional”. Por esos días prometieron darle un giro al tratamiento del flagelo. Agosto había marcado un precedente a raíz de que no había concluido el mes y ya se había reportado el paso de 62 mil 281 migrantes.
Al comienzo, Pino no descartaba el “cierre”, pero después dijo que era imposible. “Cerrar áreas protegidas... eso es muy difícil... no es carretera”.
La selva de Darién no es cualquier área protegida. Se trata de una zona que tiene 579 mil hectáreas, con 5 mil kilómetros cuadrados de bosque tropical lluvioso cerrado y silvestre, montañas pronunciadas y ríos caudalosos que se convierten en una trampa de muerte con las constantes lluvias que caen en la zona.
Opinión similar a la de Pino pronunció Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración. Manifestó que a ellos como autoridades les gustaría poder decir que sí, que se puede cerrar Darién, pero el tema es complejo, pues se trata de mucha jungla. “Si se puede, pero requiere voluntad, y ningún país quiere quedarse con el problema. Cerrarla nos gustaría. Ningún país al sur quiere quedarse con el problema”, manifestó.
‘No es imposible’: Ábrego
Ahora el debate nacional lo centran las autoridades designadas. Cuando el pasado miércoles se conoció que Frank Ábrego sería el nuevo ministro de Seguridad Pública, el foco se centró en el cierre de Darién, sobre todo porque Ábrego, un hombre de mano dura, conoce bien el tema, pues durante años estuvo al mando del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront). Fue el primer director de Senafront desde que Martín Torrijos lo creó en 2008, hasta 2016, durante el gobierno de Juan Carlos Varela, cuando pasó a ocupar un cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Para Ábrego “no es imposible” cerrar la frontera, pero subrayó que −al igual que en otros lugares con las mismas características− ya existen caminos, trochas y senderos. “No hay una trocha para el narcotráfico y otra para los indígenas de la zona. Utilizan las mismas rutas porque eso ya está establecido”, expresó.
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Añadió que sí es posible el cierre de ese cordón fronterizo, pero aclaró que tampoco se puede construir un muro que vaya desde el mar Caribe hasta el océano Pacífico.
“Esa idea de construir un muro es imposible, pero si mañana nosotros declaramos un cierre de frontera y establecemos los puntos de control donde podemos detener a los migrantes, entonces proceder con una deportación y repatriación, como el presidente habló, pienso que eso reducirá el volumen de migrantes en la frontera”, afirmó.
Otro que aportó al debate fue Juan Carlos Navarro, ministro de Ambiente designado. Dijo que en Darién “hay un desastre humanitario y un desastre ambiental”. “Tenemos que pararlo en seco. La migración ilegal hay que pararla en seco”, añadió Navarro, quien múltiples veces ha hablado de “cerrar” Darién.
La noticia ya tiene a varias autoridades colombianas en alerta. Johan Wachter, secretario de gobierno de Necoclí, Antioquia, el pueblo fronterizo de Darién del lado de Colombia, le hace un llamado “de alerta” al gobierno de Gustavo Petro para que atiendan de manera conjunta la crisis que se podría generar en la zona en un futuro. Teme que si los migrantes no pueden pasar a Panamá, se queden atrapados en sus poblaciones.
Petro apuesta por la libertad de movimiento en América Latina. Dice que los países no deben tener visas, y que para él es importante resolver la causa (de la migración) para que no tengan que abandonar sus países.
¿Y mientras tanto, qué?, se preguntó el presidente de Costa Rica luego de un encuentro con Petro el año pasado.
En una de las entrevistas que ha dado Mulino hasta ahora, aseguró que se reuniría con el mandatario colombiano para hablar del tema migratorio.
¿Golpe al crimen organizado?
El fin de la ruta supondría un golpe a las finanzas de grupos del crimen organizado que, de acuerdo con las autoridades de Colombia y Panamá, lucran del tráfico de migrantes. De acuerdo con un reporte del Ministerio de Seguridad, en 2023 las organizaciones criminales ganaron 820 millones de dólares moviendo personas por la selva del Darién. Las autoridades señalan al peligroso Clan del Golfo, una organización criminal de Colombia.
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De acuerdo con datos del Servicio Nacional de Migración, hasta el jueves 9 de mayo, cerca de 150 mil migrantes irregulares habían ingresado al país a través de esa vía este año. Mientras que un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), divulgado el pasado 15 de mayo, da cuenta de que 30 mil menores y adolescentes atravesaron la selva del Darién entre enero y abril pasado, un 40% más que en el mismo lapso de 2023. De esa cifra, según Unicef, casi 2 mil estaban separados o no acompañados de sus familias.