Martinelli y De Obarrio participaron en compra de 'pinchadora'

Martinelli y De Obarrio participaron en compra de 'pinchadora'


Los correos de altos ejecutivos de empresa que le vendió los equipos a la pasada administración –la italiana Hacking Team– ahora han sido puestos a disposición del público en el portal de Wikileaks, de donde salió este que está al costado, que revela información sobre las negociaciones para la compra de la plataforma de espionaje Remote Control System (RCS), o Da Vinci.

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Compra camuflada para el espionajeGobierno de Martinelli espió con equipo italiano

En este correo, fechado 14 de julio de 2011, Hugo Ardila –de Robotec Colombia, empresa que tiene la representación de Hacking Team para la venta de estos equipos– envió un informe esa noche tras una reunión de trabajo, cuyo encabezado es el siguiente: “aquí está el resultado de nuestra conversación con el cliente”... “Conversamos con el Sr. Adolfo Obarrio, secretario privado del Presidente de Panamá (que no fue a la cena) quien nos dijo que estaba al teléfono con su jefe, mientras nosotros estábamos en el restaurante, él le ordenó suspender cualquier compra potencial hasta que el problema sea resuelto mañana”.

De este informe se puede deducir que el entonces presidente, Ricardo Martinelli, estaba perfectamente al tanto de la adquisición del equipo de espionaje, al punto de que ordenó suspender la compra potencial del equipo hasta tanto se resolviera un problema.

Ese problema aparentemente fue resuelto, pues el equipo fue comprado, aunque a través de sociedades fantasmas registradas en Belice –principalmente–, las cuales son reconducibles al empresario panameño Teófilo Homsany.

El correo de Ardila, casi al final termina diciendo que deben hacer unas pruebas con el programa de espionaje en teléfonos BlackBerry, los cuales aparentemente tenían alguna resistencia a los programas de espionaje de la empresa italiana. Hablaba específicamente de los teléfonos “de los clientes (Ricardo Espinosa, Carlos Arjona y Adolfo Obarrio) y el de algún objetivo controlado en Panamá”.

Y tanto como su jefe, Adolfo Chichi De Obarrio estaba consciente de lo que se estaba comprando, al punto de que para “cooperar” con la compra, su propio teléfono iba a ser infectado con el programa espía.

Ardila hablaba en sus correos en todo momento que el cliente es De Obarrio, secretario privado del expresidente Martinelli, quien hoy se encuentra prófugo de la justicia, con una solicitud a Interpol para su detención y extradición, aunque no por este caso.

El vendedor de los equipos también se refirió a los teléfonos de otras personas: Ricardo Espinoza y Carlos Arjona. La Prensa pudo rastrear al que parece ser uno de ellos. Una persona con el nombre de Carlos Arjona trabajó en el Ministerio de la Presidencia de julio de 2009 a julio de 2011. Allí se desempeñó como Director de Informática.

Su salida del Ministerio de la Presidencia coincide con las negociaciones para la compra del equipo de espionaje. De hecho, este correo de Ardila, en el que lo menciona a él y a De Obarrio, es del 14 de julio de 2011.

Arjona saltó entonces del Ministerio de la Presidencia al Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Ifarhu), institución que por entonces estaba dirigida por Sonia de Luzcando, nuera de Delia Luzcando, una persona de la entera confianza de Ricardo Martinelli y que ha estado a su lado durante décadas. Su cercanía era tal, que ocupó la gerencia general de Importadora Ricamar (Super 99).

¿Por qué Arjona dejaría el cargo de director de Informática en el Ministerio de la Presidencia para irse con el simple cargo de asesor de Tecnología al Ifarhu?

Coincidencia o no, la empresa Robotec Panamá, S.A. –cuyo secretario de la junta directiva es Teófilo Homsany– filial de Robotec Colombia, empezó a tener contratos importantes con el Ifarhu, y todo a partir de la llegada de Arjona.

Justamente, uno de estos contratos destaca sobre otros más pequeños e insignificantes u órdenes de compra que Robotec Panamá, S.A. mantenía con el Ifarhu.

Se trata de una licitación para el suministro e instalación de un sistema de videovigilancia para el Ifarhu por un monto exorbitante: casi 700 mil dólares.

Coincidencia o no –una vez más– eran los montos que se manejaban para la compra del equipo de espionaje que, como ya se ha dicho, era facturado por Hacking Team a dos sociedades de Belice reconducibles a Teófilo Homsany, presidente de la empresa Soluciones de Tecnología, S. A., encargada de brindar el soporte técnico remoto a los equipos de espionaje, dijo a La Prensa el pasado lunes.

En efecto, el 6 de mayo de 2011, una primera factura a Theola Ltd. (una de las empresas fantasmas de Belice) se le facturó el programa RCS, por un monto de 518 mil euros, que al cambio de entonces eran unos 720 mil dólares aproximadamente.

Luego vinieron varios pagos más de menor monto para Robotec Panamá, S.A., pero igualmente significativos.

El asesor en tecnología Carlos Arjona terminó su trabajo en el Ifarhu en junio de 2014, es decir, con la salida del gobierno de Martinelli y la entrada del de Juan Carlos Varela. La Prensa intentó localizarlo a su teléfono, pero no fue posible hablar con él.

Fue también para estas fechas que los equipos de espionaje desaparecieron. Un sorprendido Ardila había escrito a Hacking Team que los equipos que habían instalado en Panamá se los habían llevado, “habían desaparecido”.

TRANSMITIENDO

La plataforma de espionaje –contrario a lo que dijo Homsany a La Prensa el pasado lunes– no dejó de transmitir en 2013 los datos que robaba de sus víctimas/objetivos. De hecho, en Wikileaks hay evidencias de que estuvo transmitiendo hasta pasadas las elecciones de mayo de 2014.

Hacking Team avisó al gobierno de Martinelli que el contrato para el uso de la plataforma vencía el 31 de mayo de 2014. Se desconoce quién lo solicitó, pero ese mismo día de Panamá solicitaron una extensión del contrato.

Todos los correos electrónicos que se cruzaron ejecutivos de venta y gerentes de Hacking Team en torno a esta petición mencionaban la palabra “elecciones”. La extensión de los servicios era, según los vendedores por causa de la celebración de las elecciones.

De manera que era muy poco probable que esta plataforma se usara para espiar a terroristas, narcotraficantes o delincuentes comunes, al menos en los meses de mayo y junio de 2014. Ello era evidente, incluso, para la empresa italiana.

Por ejemplo, Marco Vetini, gerente de ventas de Hacking Team, envió el 30 de mayo de 2014 un correo a Alex Velasco, gerente de cuentas de la empresa italiana, en el que decía que “ellos” (el Gobierno panameño) sabían de las elecciones desde hacía mucho tiempo”, razón que para Vetini no era suficiente para extenderle el contrato. No obstante, agregó: “De todos modos, por el momento extiende la licencia hasta finales de junio”.

Correos antes, Vetini solo había aprobado una extensión hasta el 10 de junio, “solo para evitar problemas con el cliente”. Sin embargo, concedió una prórroga más prolongada.

¿Qué ocurrió luego? Pues Hacking Team supo del hurto de los equipos en diciembre de 2014, aunque el hurto ocurrió semanas después de las elecciones. Y hasta la fecha, siguen perdidos ¿y transmitiendo? Al menos ahora ya se sabe a quién preguntarle sobre ellos.

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