En el quinquenio pasado surgió una nueva casta de comerciantes: la que solo hacía negocios con el gobierno, específicamente, con el Programa de Ayuda Nacional (PAN) y la cual dio paso a una generación de millonarios, incluidos, servidores públicos.
Para tal fin, crearon decenas de sociedades anónimas que de inmediato eran beneficiadas con compras sin licitación, muchas de ellas ordenadas directamente por el secretario privado del expresidente Ricardo Martinelli, Adolfo 'Chichi' de Obarrio, según la declaración judicial del exdirector del PAN Rafael Guardia Jaén.
Como bien lo indica su nombre, la mayoría de las sociedades anónimas ocultaba a los verdaderos dueños de los negociados con el PAN. En vez de los suyos, se escondían detrás de los nombres de sus secretarias, empleados, abogados y familiares. Así, desde el anonimato, veían engrosar sus fortunas, gracias al PAN.
Uno de esos comerciantes es Juan Carlos Marciaga, oriundo de Penonomé. La Prensa identificó 20 sociedades vinculadas a él –aunque no son todas– constituidas entre 2009 y 2013. Pero hoy, tras los escándalos del PAN –de los que también son ellas protagonistas– han sido disueltas.
En solo cuatro años, estas sociedades fueron el instrumento para facturar al PAN cifras extraordinarias: más de $70 millones por la venta de bolsas con comida, kits solares y botas de hule, entre otros artículos (ver cuadro).
Todas fueron “disueltas” el 26 de mayo de 2014, es decir, tres semanas después de las elecciones. Para tal propósito, contrataron a la firma de abogados Infante & Pérez Almillano, que registró todas las actas de disolución en la Notaría Cuarta de Circuito de Panamá.
Eric Britton, socio del bufete, dijo ayer que disolver las sociedades fue el único trámite que hicieron... y que desconocían las actividades de su cliente.
“No sabíamos que tenían negocios con el PAN”, afirmó, a pesar de que una simple búsqueda en internet le habría revelado que desde marzo de 2013 La Prensa informó que estas mismas sociedades tenían el negocio de las bolsas con comida a precios inflados. Todo se hacía a través de contrataciones directas “por invitación”.
Esto último fue ratificado por un testigo a la Fiscalía Segunda Anticorrupción en noviembre de 2014. “Quien daba las órdenes para contratar las compañías de Marciaga con las bolsas con comida con sobreprecios era Adolfo 'Chichi' De Obarrio, declaró el testigo, identificado como “Euro-14”.
Econobásicos Internacional, S.A. –creada en febrero de 2013 para “vender y distribuir productos enlatados y mercancía seca”– fue una de esas sociedades. En solo un año recibió 25 órdenes de compras en el PAN, por un total de 5.5 millones de dólares. Y no hay duda de que se pagó. De hecho, antes de las elecciones, el entonces director del PAN Rafael Guardia firmó seis órdenes de compra por casi 1 millón de dólares para pagarle a dicha sociedad el suministro de bolsas con comida.
“A la fecha, no hay pago pendiente a las empresas que contrataron con el PAN la entrega de bolsas con comida. Estas supuestas adquisiciones se cancelaban al momento de las supuestas entregas, es decir, de inmediato”, dijo a finales del año pasado el nuevo director de la entidad, Rafael Stanziola.
En actas de reuniones de accionistas de estas sociedades actuaron como secretarias ad hoc las hermanas Carla y Clarissa Morán Oliveira. Esta última fue pareja de Carlos Roberto Marciaga, hermano de Juan Carlos Marciaga.
Este último –que hace unos meses compró una residencia de más de 800 mil dólares en Bijao Beach & Residences, sin finaciamiento bancario, y que construye un centro comercial y una barriada en Penonomé– aceptó ser dueño de algunas de estas compañías. Pero subrayó: “no soy, ni cerca, el más grande proveedor del PAN”.
HABLA EL EMPRESARIO
“Mi hermano [Carlos Roberto] es abogado y constituye sociedades para venderlas. Ni Carla [veterinaria] ni su hermana Clarissa [abogada] tienen que ver conmigo”, aseguró. “Algunas son mías y otras no”, se limitó a decir el empresario, que asegura contar con infraestructura para proveer de insumos al Estado, a diferencia de otras compañías de “escritorio” que también hicieron negocios con el PAN.
“Se ingresó [en el Registro Público] un solo paquete”, comentó Marciaga, respecto al por qué fueron disueltas 20 sociedades en un mismo día. “Fueron expuestas políticamente”, alegó, y que no pagaría 3 mil dólares anuales en tasa única, declaración de renta y directivos por una sociedad inoperativa.
A su juicio, la disolución de esas sociedades no es irregular, solo es un movimiento fiscal, afirmó. “Cerrar una empresa te obliga a tener 7 años de información fiscal y 15 años de Seguro Social... legalmente no puedo esconder nada y si mañana me investigan, debo tener esa información”, explicó.
Sin facilitar nombres, Marciaga dijo que lo más cuestionable es que hay empresas que tienen 10 años sin operar, pero no han sido disueltas. “¿Qué esconden sus dueños?”, preguntó.
COMPAÑÍAS FAMILIARES
Marciaga también señaló que usó empresas de reciente constitución para vender productos al PAN, reiterando que no expondría “políticamente” compañías familiares con trayectoria en el mercado. Ellas son: Plastimar, S.A. y Suplatec, S.A., de las cuales se desvinculó tras estallar este escándalo.
Lo hice –explicó– porque la ley no me impide participar con empresas de reciente constitución. “Si la ley dice que no se puede hacer, no lo hago, ese es un problema del Estado y de la persona que confecciona los pliegos”, insistió.
Y se quejó de que ha quedado marcado: “El que vendía algo al pasado Gobierno era un ladrón”. “En el PAN llamaban a todo el mundo a participar. Mis empresas tienen la capacidad logística inmediata para vender bolsas con comida. Tengo la infraestructura, eso no lo puede hacer cualquiera”.
Y remató: no es cierto que haya vendido artículos al PAN con sobreprecios. Incluso, se quejó de ser protagonista en pasadas publicaciones. “Hay un solo proveedor que se ha ganado hasta 60 millones en un solo contrato y no aparece en una publicación”, sostuvo, pero se negó a identificarlo.
OTRO AFORTUNADO
Otra sociedad que obtuvo contratos millonarios en el PAN fue Mister Rooster Corporation, S.A. constituida el 9 de octubre de 2009. Obtuvo 31 órdenes de compras por un total de $6.4 millones para suministrar, entre otros artículos, materiales de construcción para el otrora programa “Piso y Techo”.
El 17 de junio de 2013, la contralora Gioconda Torres de Bianchini refrendó tres órdenes de compra a nombre de esta sociedad por más de medio millón de dólares para proveer materiales de construcción.
En su aviso de operación, Mister Rooster reportó que su actividad comercial sería: “restaurante de comida casual rápida, venta de productos alimenticios, comida para eventos, reuniones, venta de bebidas alcohólicas en envases dentro del local”. Pero también vendió al PAN botas de caucho que regalaron diputados en áreas apartadas.
En el mercado local cada par de este tipo de botas cuesta 10 dólares, pero el PAN pagó 25 dólares, es decir, 150% más caro de lo que se consiguen al detal.
Mister Rooster, además, vendió al PAN, en 2012, 20 mil bolsas navideñas a un costo de 300 mil dólares; y 55 mil libras de pavo, por 192 mil dólares, productos que se pagaron con fondos del programa “cultura y deporte” que manejaban los diputados.
Este programa, según el plan de inversiones del PAN, “está orientado a fortalecer las actividades deportivas a nivel nacional como una medida para reducir o mitigar los efectos de la delincuencia juvenil, y desde luego para mejorar la calidad de vida de la jóvenes”.
Y justamente eso fue lo que pasó. Jóvenes como Juan Carlos Marciaga vieron mejorar como nunca su calidad de vida. En cuestión de pocos años se hizo miembro de esa casta de nuevos millonarios.