Exministro, nuevo terrateniente



Tan  solo cuatro meses después de que el hoy  expresidente Ricardo Martinelli iniciara su mandato, el entonces titular de Salud  Franklin Vergara  fue beneficiado  con la adjudicación de dos globos de tierras baldías, con una extensión  de 200 hectáreas en el distrito de Chepo. 

Por esos terrenos, Vergara pagó a la Nación únicamente 6 dólares la hectárea, o un centésimo por cada 19 metros.  En total, desembolsó apenas mil 176 dólares, es decir, el valor mínimo que la ley permite para las tierras que adjudica la extinta Reforma Agraria, hoy Autoridad Nacional de Administración de Tierras. Pero ahora, con la declaración patrimonial que hizo Vergara, cada hectárea tiene un valor de 2 mil 500 dólares. El 30 de marzo de 2010, Vergara se desvinculó de esta finca y la donó por partes iguales (33.3%) a sus tres hijos: Víctor, Franklin y Eduardo Vergara Muñoz.A pesar de ello, ese terreno fue incluido en su declaración patrimonial, a diferencia de otras propiedades en las que figuran sus hijos y sobre las que dijo tajantemente: “No tengo nada que ver”. Otras fincas que incluyó Vergara en su declaración jurada de bienes patrimoniales, a pesar de que hace años las cedió a sus hijos, son las que se identifican con los  números 18073 y 18028.  Ambas están ubicadas en el corregimiento de  Flores, distrito de Tonosí, en Los Santos, con una superficie de 51 hectáreas. Estas fincas fueron hipotecadas por la suma de 300 mil dólares para garantizar un contrato de línea de crédito y un préstamo agropecuario con el Global Bank.  El responsable de la transacción fue Víctor Vergara Muñoz –el hijo del exministro–, quien también incluyó otras cinco fincas hipotecadas para obtener estas facilidades crediticias.Curiosamente, varias de esas  fincas –que actuaron como respaldo de dicho préstamo– fueron compradas por el entorno familiar del extitular de Salud a precios irrisorios. Las fincas fueron adquiridas justamente cuando Franklin Vergara fungía como ministro.

Por esos terrenos, Vergara pagó a la Nación únicamente 6 dólares la hectárea, o un centésimo por cada 19 metros.  En total, desembolsó apenas mil 176 dólares, es decir, el valor mínimo que la ley permite para las tierras que adjudica la extinta Reforma Agraria, hoy Autoridad Nacional de Administración de Tierras. 

Pero ahora, con la declaración patrimonial que hizo Vergara, cada hectárea tiene un valor de 2 mil 500 dólares. El 30 de marzo de 2010, Vergara se desvinculó de esta finca y la donó por partes iguales (33.3%) a sus tres hijos: Víctor, Franklin y Eduardo Vergara Muñoz.

A pesar de ello, ese terreno fue incluido en su declaración patrimonial, a diferencia de otras propiedades en las que figuran sus hijos y sobre las que dijo tajantemente: “No tengo nada que ver”. 

Otras fincas que incluyó Vergara en su declaración jurada de bienes patrimoniales, a pesar de que hace años las cedió a sus hijos, son las que se identifican con los  números 18073 y 18028.  Ambas están ubicadas en el corregimiento de  Flores, distrito de Tonosí, en Los Santos, con una superficie de 51 hectáreas. 

Estas fincas fueron hipotecadas por la suma de 300 mil dólares para garantizar un contrato de línea de crédito y un préstamo agropecuario con el Global Bank.  El responsable de la transacción fue Víctor Vergara Muñoz –el hijo del exministro–, quien también incluyó otras cinco fincas hipotecadas para obtener estas facilidades crediticias.

Curiosamente, varias de esas  fincas –que actuaron como respaldo de dicho préstamo– fueron compradas por el entorno familiar del extitular de Salud a precios irrisorios. Las fincas fueron adquiridas justamente cuando Franklin Vergara fungía como ministro.

 

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