La tierra en la región de Azuero se vistió de aridez. Una gruesa hierba amarilla, semejante a una inmensa alfombra, cubre gran parte de ella, ocultando todo vestigio de que hasta hace poco allí se cultivaba arroz, maíz, zapallo, sandía, melón y tomate.
En el centro de uno de sus potreros, en el fondo de un fallido abrevadero, ocho terneras negras se mueven nerviosas, buscando, al parecer, un poco de agua y alimento entre el cuarteado terreno que se resquebraja al más mínimo contacto.
En lo alto, las pocas aves que aún desafían la bóveda azul, gallinazos sobre todo, bajan a la copa de los árboles de guarumo y corotú, otean el horizonte, y vuelven a planear junto al viento.
Este paisaje se repite y acentúa en los distritos de Las Tablas, Los Santos, Macaracas, Pocrí y Guararé, provincia de Los Santos, donde 99% de sus quebradas están secas, mientras que el caudal de los ríos desciende vertiginosamente.
“Hace rato que la tierra no se moja por aquí”, se lamentó Benigno Cano, mientras elaboraba pacas de manera artesanal en Pocrí.
De poco hablar, pero observador, Cano dice que a sus 57 años jamás había visto una sequía como esta.
“Apenas el agua alcanza para tomar. El problema es para todos los animales, y no solo las vacas, pues las gallinas y los cerdos también sufren esta situación”, afirmó.
Mientras ve pasar una nube que suavemente se desliza por el cielo, balbucea esperando un milagro: “¡Que Dios nos ayude, y que sea pronto!”.
Pero, mientras la naturaleza continúe siendo hostil, Cano asegura que seguirá ganándose 14 dólares al día haciendo pacas artesanales, siempre y cuando la hierba no se seque, “pues entonces sí estaríamos fregados”.
Según los moradores de Sabana Grande, la última fuerte sequía que azotó la provincia santeña fue en 1930.
Ese año, el río Guararé se secó, no había maíz y los lugareños cambiaban sal por ese grano para poder subsistir, contó Mara García, mientras rememoraba los apuntes que sobre este tema dejó su fallecido padre.
Pequeña productora del distrito de Macaracas, indicó que en los potreros hay un polvo salado que está contaminando las pocas fuentes hídricas de la región.
Debido a esto tuvo que vender 15 reses, pues, no conforme con no tener agua, algunos árboles que le servían de forraje a sus animales, como los ciruelos y los cañafístulos, se secaron.
“Esto es un dominó. Al vender las vacas el ordeñador se quedó sin trabajo, al igual que los indígenas a quienes se les pagaba 15 dólares el día por limpiar los potreros”, adujo.
Ante esta panorama, la agricultora sostiene que en esta zona no hay pobreza extrema, porque aún las personas trabajan para subsistir.
“Pero mire que ya ni trabajo hay, pues no hay cosecha de maíz y menos de tomate, que aunque fuera una vez al año nos permitía llevarnos unos reales a la casa”, casi susurró Guadalupe Gutiérrez, del sector de Villa Lourdes.
PERFORACIONES
Con seguridad en sus palabras, García adujo que la perforación de pozos es la solución para la península de Azuero, aunque el meteorólogo y consultor agrícola Aristides Lorlesse es de la opinión de que no se puede estar perforando sin conocer el comportamiento del manto freático, o aguas subterráneas.
Lamentablemente, agregó, las autoridades y los interesados no prestan atención a este problema, y solo actúan cuando ya nada se puede hacer.
En agosto de 2015, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario destinó aproximadamente 5.1 millones de dólares para infraestructura y la suplementación alimenticia de los animales, dinero que proyectaron beneficiará a más de 7 mil 679 productores santeños.
A este plan se incorporaría principalmente a las provincias de Coclé y Herrera.
Hasta el momento, en la provincia de Los Santos se han abierto 170 pozos, de los cuales 70% resultó fallido.
En septiembre pasado empezó la escasez de agua superficial y subterránea para el consumo animal y humano en 40 comunidades santeñas.
Los corregimientos de Agua Buena, Las Guabas, Pedasí, Sabana Grande, Llano de Piedras, Chupa, Cañafístulo, Paritilla y El Carate tienen todavía una mayor escasez del líquido.
Igual sucede en las áreas de El Cocal, Sesteadero, Espigadilla, La Palma, Los Asientos, San José, Tres Quebradas, Santo Domingo, Guararé Arriba, Macaracas, La Laja, Las Tablas y Tonosí, Tábano, La Tiza, El Bijao, El Guayacán, Los Higos, Llano Afuera y Santa Marta.
En Santo Domingo, Uverito, San José, Mensabé, Sesteadero, La Laja, hay tanques de almacenamiento, “para llenarlos por si vuelve el agua”, indicó Miguel, uno de los moradores.
Tan solo esta semana se informó que se secó un manantial ubicado entre La Laja y Villa Lourdes, el cual servía para aplacar la sed de los vacunos.
‘CULTURA DE LA DEPREDACIÓN’
El sociólogo Milciades Pinzón sostiene que todo lo que está pasando en la región de Azuero, sobre todo en la provincia de Los Santos, es consecuencia de lo que llama la “cultura de la depredación”.
Sentado en las oficinas de la emisora Radio Mensabé, donde tiene un programa sabatino de orientación ciudadana, alegó que en esta zona se agotó el modelo de desarrollo basado en la explotación pecuaria. Actualmente, en Los Santos hay de 300 mil a 400 mil cabezas de ganado, mientras que la población es de 200 mil habitantes, en tanto que hay 6% de bosques y el 94% de la superficie está deforestada.
CONTAMINACIÓN
Este problema se acentúa, explica Pinzón, porque durante el Carnaval la región puede duplicar su población, aumentando la demanda de agua.
A manera de ejemplo, indicó que la planta potabilizadora Rufina Alfaro, ubicada en el río La Villa, genera 6 millones de galones diarios para una población nativa que demanda algo más de 35 mil a 45 mil galones diarios, pero cuyas aguas negras van a parar a este cauce.
Los habitantes de la Villa de Los Santos, reveló, tiran diariamente cerca de un millón y medio de galones de aguas negras al río La Villa, mientras que quienes habitan en Chitré, capital de la vecina provincia de Herrera, hacen lo mismo, pero con 4 millones de desperdicios diarios.
“Estamos hablando de 5 millones de aguas negras diarias que van a parar al mar, y es por eso que los pescadores no están encontrando peces”, apuntó.
Añadió que el curso bajo de los ríos que están autorizados para que se les extraiga agua durante los próximos carnavales están “contaminados”.
Basado en estudios particulares, Pinzón sostuvo que los ríos más contaminados en esta zona son el Santa María, Escotá, Parita, La Villa y Guararé.
No obstante, el río La Villa es uno de los autorizados para usar sus aguas durante los culecos, confirmó Alexis de la Cruz, jefe regional del Departamento de Calidad de Agua del Ministerio de Salud (ver cuadro: Afluentes para extracción).
VENTA DE RESES
La crisis generada por la falta de agua ha llevado a los ganaderos a deshacerse de sus animales, llevándolos a las tres subastas ganaderas que hay en esta provincia y que operan de lunes a sábado.
Los precios de las vacas de descarte se están manteniendo en 1.80 dólares y 1.90 dólares el kilo, aunque hace un mes estaba en 2 dólares el kilo.
Esto, debido al problema que hay con los mataderos, que no tienen la suficiente cantidad de agua para utilizar durante las labores de matanza.
“Los pozos se agotaron y los mataderos no tienen agua”, reiteró José Burgos, quien llevó sus reses a la
subasta ubicada en El Espinal de Los Santos. Semanalmente los productores venden en las subastas un promedio de entre 2 mil y 2 mil 500 animales.
“Prácticamente se vende todo, y los compradores se llevan el ganado hacia Tonosí, Pedasí, Soná, Chiriquí y la provincia de Darién”, reveló.
En las subastas se ofertan terneros, vacas y reses de media ceba.
Burgos añadió que en el área de El Espinal la situación está difícil, pues los terrenos que están a orillas de la carretera ya no tienen animales, pues escasea el agua.
Conflicto en Campana por agua para el Carnaval
La decisión de los pobladores del corregimiento de Campana, en la provincia de Panamá Oeste, de oponerse a la extracción de agua del balneario del lugar para actividades del Carnaval, obligó al Ministerio de Ambiente a reconsiderar su posición.
Este balneario es parte de la vertiente del río Capira, y junto a los ríos Mata Ahogado, en San Carlos, y Caimito, en La Chorrera, fueron avalados por dicho ministerio para proveer de agua los carros cisterna que participarán en los culecos. Gabriel Tuñón, representante de este corregimiento, advirtió que la mayor parte del cauce del río Capira está seco y la poca agua existente se ubica donde la población construyó represas.
Recalcó que no permitirá el ingreso de carros cisterna a este punto, máxime porque ello implicaría reducir en cuatro días el poco líquido con el que aún cuenta el balneario. Al respecto, la directora provincial de esta entidad, Miriam Castillo de Vergara, dijo que se varió el punto de extracción de agua del río Capira aguas abajo, aunque admitió no poder precisar las cifras del aforo sobre el nivel actual de este afluente.
En total se permitió a seis carros cisterna proveerse de agua en este punto del río, y de forma exclusiva para los carnavales capireños.
Castillo de Vergara manifestó que a la fecha se han expedido 23 permisos de uso del líquido.
Los carros cisterna en las tres fuentes de agua autorizadas solo podrán extraer entre mil 500 y 8 mil galones por día, tomando en consideración los aforos realizados. Para enero de este año el río Mata Ahogado marcó 211.9 litros por segundo, el río Chame 273.6 litros por segundo y el río Caimito 758.3 litros por segundo. Por su parte, el director provincial del Ministerio de Salud (Minsa), Joaquín Chang, sostuvo que esta institución y el Ministerio de Ambiente colocarán dos calcomanías a los carros cisterna autorizados. Indicó, además, que al igual que el Ministerio de Ambiente, el Minsa podrá imponer multas por el uso de agua no aprobada para las mojaderas.
La extracción de agua para los cisternas se permitirá de 6:00 a.m. a 11:00 a.m., en tanto que los culecos serán de 12:00 mediodía a 4:00 p.m.
PENONOMÉ
Por su parte, en Penonomé, provincia de Coclé, durante el Carnaval los culecos se realizarán por cuatro horas y media, de acuerdo con el decreto alcaldicio 004-16 de 29 de enero de 2016, que establece los horarios de las mojaderas desde las 11:00 a.m. hasta las 3:00 p.m. el sábado de Carnaval, y el resto de los días serán de 11:00 a.m. a 3:30 p.m. Se establecen como
áreas de mojaderas la avenida Central desde el municipio hasta el cruce de El Chorrillo y la calle Miguel Him, la plazoleta de Las Mendozas y El Manguito.