Marcelo Odebrecht, el magnate brasileño de la construcción, y quien tenía el dominio de las inversiones de infraestructuras en América Latina, está hoy bajo arresto. Detenido.
El líder del conglomerado Norberto Odebrecht es acusado de capitanear un esquema de sobornos por $2 mil 100 millones en la estatal Petrobras.
El escándalo de la petrolera, y la reciente conducción de Marcelo Odebrecht, junto al empresario Otavio Marques Azevedo, presidente de la constructora Andrade Gutierrez, ha tenido el efecto expansivo de una bomba nuclear sobre Brasil.
Las autoridades bloquearon las cuentas bancarias de ejecutivos de estas empresas por un valor de $6.5 millones, según reportó el diario O Globo.
En esta nueva fase de la llamada “Operación Lava Jato” (lava autos), la Policía Federal reveló detalles de una gigantesca red de sobornos ligados a la política, al poder empresarial y al económico.
Se investigan los delitos de “formación de cartel, fraude en licitaciones, corrupción, desvío de fondos públicos y lavado de dinero”. Así precisó la Policía en un comunicado divulgado ayer, de acuerdo con las agencias de noticias.
El esquema de fraude se habría hecho en torno a un grupo de empresas que amañaba licitaciones para adjudicarse obras contratadas por la petrolera estatal en el período que va de 2004 a 2014.
Marcelo Odebrecht es el líder de un emporio que el año pasado facturó 40 mil millones de dólares. Tiene 46 años y es la tercera generación al mando de la empresa. La compañía emplea a 180 mil trabajadores en 21 naciones, incluyendo a Panamá.
De hecho, durante los últimos tres períodos presidenciales en Panamá, Odebrecht ha mantenido el control de los proyectos de infraestructuras más importantes del país. Sus contratos, solo o en asociación con otras empresas, suman $8 mil 500 millones.
A pesar de que el país no no es su mercado más grandes, ni tampoco el más importante por volumen facturado, ha resultado ser estratégico, aparentemente, más allá de la operatividad del consorcio.
“No tenemos duda alguna de que (las compañías) Odebrecht y Andrade Gutierrez capitaneaban un esquema de cartel dentro de Petrobras”. Así se expresó el procurador Carlos dos Santos Lima en una rueda de prensa ayer.
El funcionario dijo tener pruebas de un sofisticado esquema de pagos ilegales a exdirectivos de Petrobras en el extranjero, principalmente en Panamá, Suiza y Mónaco. Nuevamente Panamá es vinculado a un caso de corrupción.
En lo que respecta a Panamá, se trata del mayor contratista del Estado, y no han faltado voces que exigen del Estado auditoría a los proyectos adjudicados a la compañía.
“Se debe determinar si la compañía tiene la calidad moral para ser un contratista confiable de la línea 2 del Metro de Panamá y de otros proyectos donde participa”, precisó Roberto Brenes, presidente de la Fundación Libertad.
Red de corrupción
La corruptela en Petrobras arrastra a cientos de proveedores de menor escala. Unas 25 firmas son investigadas por su supuesta participación en una red perpetuada durante una década.
La agencia de noticias Efe relata que de acuerdo con la Policía Federal, las empresas obtenían contratos amañados con Petrobras, “inflaban los valores en hasta un 4% y repartían las diferencias entre directores de la estatal y partidos políticos”.
De acuerdo con el relato de las autoridades, eran una especie de logia que logró ocultar las movidas financieras por dos lustros, precisamente por el nivel de penetración que lograron.
Por el escándalo, según el diario O Globo, la fiscalía tiene bajo investigación a 2 gobernadores, 13 senadores y 22 diputados en funciones.
Los fiscales han encontrado que se pagaron, al menos, $800 millones en sobornos y otros “fondos ilegales”.
Supuestamente, parte del dinero era redireccionado a los ejecutivos de Petrobras a cambio de los contratos inflados que se le aprobaban a las constructoras. Parte del dinero también se utilizaba para fondear la campaña del Partido de los Trabajadores, de la presidenta Dilma Rousseff.
La mandataria, que era la presidenta del directorio de Petrobras durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, negó tener conocimiento de lo que pasaba en la empresa o las entrañas de su partido.
De acuerdo con la constructora Odebrecht, las órdenes de arresto no eran necesarias al estimar que sus ejecutivos desde siempre han estado a disposición de las autoridades para cooperar con la investigación.
Los fiscales, por su parte, aseguran que tanto Marcelo Odebrecht como Marques Azevedo sabían de todo lo que sucedía en sus empresas. Hay documentos que supuestamente así lo certifican.
Dado el alcance de la red, sobre Brasil se ha posado una enorme nube de polvo. El principal índice de las acciones brasileñas caía ayer a raíz de los datos de inflación, el inicio de un período de recesión económica y la detención de los presidentes de las dos constructoras más importantes del país. La comunidad financiera brasileña ha dicho que cientos de empleos estarían en juego.
Brasil ha dicho, por ahora, que la operación incluye varios arrestos preventivos y temporales.
El agente de la Policía Federal, Igor de Paula, dijo a O Globo que “no importa el tamaño de la empresa, su capacidad de influir y poder económico, lo que nunca puede estar bien para permitir a estas personas o empresas que practican crímenes”.
