Las investigaciones por la compra de $60 millones en comida deshidratada que hizo el Programa de Ayuda Nacional (PAN), bajo el mandato de Giacomo Tamburrelli, han revelado que el empresario Javier Pariente –considerado el artífice de ese negocio– también obtuvo pingües beneficios económicos de concesiones en el aeropuerto de Tocumen.
La Prensa tuvo acceso a copias de cheques que le giró su cuñado –Pedro Martez– en concepto de “dividendos” por una concesión que otorgó sin licitación el gobierno de Ricardo Martinelli para vender comida rápida y bebidas en la terminal aérea.
Además –según Martez– también cobraron “dividendos” dos hermanos del expresidente Martinelli –Mario e Irma Martinelli–, cuyos cheques se endosaron a sus respectivas cuentas bancarias.
Cada uno recibió, de acuerdo con la documentación, un cheque por $10 mil el 30 de marzo de 2011; dos días después de que el cuñado de Pariente depositó en su cuenta dos cheques por $40 mil de la compañía Travel Services Pro, S.A., de la cual Pariente negó en 2012 tener vínculos. Incluso, por entonces dijo desconocer “las generales” de su cuñado.
Esas transacciones alertaron a Banco Panamá –donde Martez tenía la cuenta–, ya que había declarado bajo juramento que solo depositaría su sueldo de médico.
Oficiales del banco reportaron que, al interrogar al cuñado de Pariente, él estaba nervioso. Martez declaró que esos cheques correspondían al pago de “dividendos” de negocios con otros accionistas.
Irma Martinelli dijo ayer que Pariente le propuso invertir en ese negocio, pero que “no prosperó”. “No conozco a Martez y no sé por qué declaró que estaba pagando dividendos”, sostuvo. Su hermano Mario Martinelli dio la misma versión, pero identificó como dueño de la concesión a Martez, a quien el banco le cerró su cuenta.
JAVIER PARIENTE Y SUS NEGOCIOS AÉREOS
“No tengo nada que ver con la sociedad Travel Services Pro, S.A. [que tiene una concesión para vender ‘pizzas’ en el aeropuerto Tocumen], ni como administrador ni director ni accionista. Sí era de mi conocimiento que un hermano de mi esposa es director, condición que es de su total incumbencia. Desconozco las generales de él”.
Esta fue la respuesta que ofreció en julio de 2012 el empresario Javier Pariente al reaccionar a una investigación de La Prensa que reveló que dicha compañía –en la que figuran su cuñado (Pedro Martez) y su antigua secretaria en la distribuidora eléctrica Ensa, Zelideth Tello– fue favorecida en el gobierno de Ricardo Martinelli con una concesión directa para vender comida rápida y bebidas en la terminal aérea.
Por entonces estaba en duda la legitimidad de esa concesión, dada la relación de Pariente con el expresidente Martinelli: habían tenido una vinculación laboral (en el Súper 99) y comercial, a través de múltiples sociedades anónimas.
Tres años después, las pruebas confirman que Pariente mintió. Y es que, en medio de las pesquisas por el escándalo de la compra de comida deshidratada –por $60 millones que hizo el hoy Programa de Ayuda Nacional (PAN)– se descubre que su cuñado le pagó “dividendos” de la concesión que Travel Services Pro, S.A. tenía en el aeropuerto de Tocumen.
Por ejemplo, en los cheques que aparecen a la derecha de esta columna se puede ver en la parte superior que el 28 de de marzo de 2011 la empresa Travel Services Pro, S.A. giró un cheque de $20 mil a Pedro Martez. Eran, en realidad, dos cheques de $20 mil cada uno.
Dos días después, el 30 de marzo de 2011, Martez giró tres cheques de su cuenta personal en Banco Panamá por $10 mil cada uno: uno para Pariente, otro para Irma Martinelli y el último para Mario Martinelli, hermanos del expresidente Martinelli.
OPERACIÓN SOSPECHOSA
Esa operación le costó al cuñado de Pariente el cierre de su cuenta personal en Banco Panamá, pues los montos “superaban el perfil declarado”. El banco levantó una “alerta”, ya que dos días antes Martez depositó en su cuenta los dos cheques de 20 mil dólares cada uno que había recibido de Travel Services. Banco Panamá, a través de la Gerencia de Banca Preferencial, recomendó cerrar la cuenta del cuñado de Pariente, porque este había declarado que solo depositaría su salario como médico.
“El cliente se encontraba nervioso en todo momento y respondía las preguntas vagamente diciendo que eran parte de unos negocios de él y que estaba pagando dividendos de los mismos. Se le preguntó por qué no se le pagaban los dividendos directamente a los accionistas y este dijo que simplemente esa era la manera que habían acordado hacerlo”, señala el informe del banco, al que tuvo acceso La Prensa.
‘FUE UNA INVERSIÓN’
Travel Services Pro, S.A. fue constituida el 17 de octubre de 2010 mediante un acta que protocolizó Mariel Jované, abogada de Ensa, donde para entonces trabajaba Pariente.
Irma Martinelli dijo ayer que en 2011 invirtió en ese negocio, cuando Pariente le habló de la concesión. Sin embargo –agregó– el negocio “no prosperó”, por lo cual le devolvieron un cheque que endosó a su cuenta, aunque no recordó el remitente.
“No conozco al señor [Pedro] Martez y no sé por qué dijo que el dinero era para pagar dividendos.
El que habló conmigo del negocio de la pizzería fue Pariente”, precisó la hermana del expresidente Martinelli.
Su hermano Mario dio la misma versión, a través de su abogado. “Ese cheque fue por un negocio que no resultó”, dijo. Martez, a su turno, evitó hablar con este diario.
OTROS NEGOCIOS
Pariente también está vinculado directamente con otras compañías que facturaron millones de dólares en el aeropuerto de Tocumen en el gobierno de Martinelli.
Esos negocios han quedado al descubierto con las pesquisas que adelantan las autoridades judiciales por el caso de la comida deshidratada, cuyo “artífice” es Pariente, según declaró al Ministerio Público el exdirector del PAN Giacomo Tamburrelli.
Por ejemplo, Pariente es el beneficiario final de la empresa Ingeniería y Gestiones, S.A. (Ingesa), que cobró varios millones de dólares al aeropuerto de Tocumen.
Sin embargo, en 2012, el abogado y dirigente del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Samuel Buitrago dijo a La Prensa que él era el “verdadero dueño” de Ingesa. Pero también mintió (ver recuadro).
CONTROL ELÉCTRICO
En el sector eléctrico, Pariente también facturó varios millones de dólares a través de la compañía Mejores Acabados, S.A., la misma que en consorcio con Outsourcing de Venezuela, S.A. construyó la Cadena de Frío a un costo de $75 millones, de los cuales al abogado Amado Arjona Duque le tocaron $9.5 millones por supuestos “honorarios profesionales”.
Este último pago fue una supuesta “extorsión” de Pariente, denunció su antiguo socio, el venezolano Luis Aular Peralta, dueño de Outsourcing de Venezuela, S.A.
Mejores Acabados, S.A. fue favorecida por la Empresa de Generación Eléctrica, S.A. (Egesa) con, al menos, 21 contratos que suman $26.7 millones, según informes de la Contraloría General de la República. Varios de esos contratos se adjudicaron a la compañía de Pariente cuando Fernando Marciscano –su compadre– estuvo al frente de Egesa durante los dos primeros años de gobierno de Martinelli.
Pariente también es dueño de la compañía Productos y Procesos Industriales, S.A. (Propinsa), que facturó más de $6 millones en contratos directos en el aeropuerto de Tocumen.
Escándalo salpica a perredista
El abogado y dirigente del Partido Revolucionario Democrático Samuel Buitrago simuló ser el dueño de Ingeniería y Gestiones, S.A. (Ingesa), que facturó más de $6 millones en el aeropuerto de Tocumen durante el gobierno de Ricardo Martinelli. En 2012, Buitrago dijo a La Prensa que él era el “único accionista y propietario de Ingesa”. Sin embargo, documentos bancarios a los que tuvo acceso este diario dan cuenta de que Pariente es el dueño del 100% de las acciones. La información que reposa en manos de las autoridades revela que esa compañía tiene cuentas en Banco Panamá y la firmante es Marisol De la Hoz, apoderada legal. También destaca en los documentos que Pariente es el beneficiario final de Ingesa y que, igualmente, es el único propietario de Productos y Procesos Industriales, S.A. (Propinsa). Además, en 2012, Buitrago declaró que Ingesa era “totalmente independiente” de Propinsa y que no tenían ningún otro nexo con alguna empresa que prestara servicios en el aeropuerto de Tocumen. Desde la semana pasada, este medio ha realizado ingentes esfuerzos para localizar y entrevistar al perredista Buitrago sobre estos nuevos hallazgos, pero nunca respondió los mensajes.