La Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) ya trazó el hilo conductor entre Ricardo Martinelli, sus hijos, familiares y socios en la compra de acciones de la canadiense Petaquilla Minerals mientras ocupaba la Presidencia de la República.
A través de Financial Pacific en Panamá, y una cuenta identificada con su propio nombre, el entonces mandatario compró acciones mineras días antes de aprobar la extracción de oro en Petaquilla Gold (subsidiaria de Petaquilla Minerals).
De acuerdo con información publicada inicialmente por TVN Noticias, otra cuenta de inversión, cuyos directivos eran Juan Luis Correa, Ricardo y Luis Enrique Martinelli Linares, también compró acciones de Petaquilla.
Con la documentación de todos los movimientos bursátiles, la SMV pidió a la Corte Suprema de Justicia que investigue lo que, a su juicio, es una asociación para configurar una conducta criminal, utilizando información confidencial para sacar un provecho económico.
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LAS CUENTAS QUE DEPENDÍAN DE MARTINELLI EN FP
La organización era ultrasecreta. Solo los socios y un minúsculo círculo de poder estaba al tanto de las movidas. Les dio resultado múltiples veces y en diferentes direcciones. La fórmula para hacer dinero fácil estaba estructurada. Lo que nunca calcularon era que la casa de valores que servía de vehículo para hacer las transacciones irregulares, pasando por encima de la ley, quedaría con el ADN expuesto.
Las investigaciones de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) en Financial Pacific (FP) -las cuales fueron dadas a conocer ayer inicialmente por TVN- abrieron un baúl lleno de secretos y conspiraciones financieras que apuntan directamente al expresidente Ricardo Martinelli.
Las autoridades han determinado que varias cuentas de inversión, manejadas en la hoy fallida Financial Pacific, fueron utilizadas para comprar y vender acciones de Petaquilla, valiéndose de información privilegiada.
El líder o ficha común de la red era Martinelli, a título personal, a través de sus hijos, su cuñado, amigos y socios.
Todo ocurría cuando Martinelli estaba al mando del país y promovía leyes que favorecían a la industria minera. Cualquiera que fuese el escenario, el entonces presidente y su clan podían ganar mucho dinero, por encima de cualquier otro inversionista, o sencillamente no perder.
Las cuentas en cuestión llevan por nombre: High Spirit Overseas, Distribuidora Comar, S.A., y Ricardo Martinelli, el nombre de esta última como para evitar las dudas.
En algunas se registró el ingreso y salida de dinero en efectivo de manera no justificada, como se ha podido validar en High Spirit Overseas.
Por este caso ya se han presentado denuncias ante la posible comisión del delito de blanqueo de capitales ante el Ministerio Público. La cara visible y el firmante de la cuenta es Aaron “Ronny“ ”Mizrachi, cuñado de Martinelli.
De acuerdo con el esquema detectado por la SMV, con estos y otros fondos pudo perfeccionarse la compra y venta de acciones de Petaquilla Minerals (holding de Petaquilla Gold), la empresa minera que abandonó sus operaciones desde diciembre de 2013, luego de ganar millones de dólares con la extracción de oro.
Desde el 29 de junio de este año, la SMV remitió a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) las investigaciones administrativas que ha hecho para que se determine la posible comisión de delitos financieros por parte del expresidente Martinelli.
El exmandatario, los firmantes de las cuentas y sus beneficiarios han podido incurrir en conductas tipificadas en el artículo 249 del Código Penal, en el que se establece que “quien en beneficio propio o de un tercero use o divulgue indebidamente información privilegiada, obtenida por una relación privilegiada, relativa a valores registrados en la Comisión Nacional de Valores o a valores que se negocien en un mercado organizado, de manera que se ocasione un perjuicio, será sancionado con prisión de seis a ocho años”.
La SMV reiteró en sus pesquisas remitidas a la Corte, que bajo el manto de la Presidencia, Martinelli se ubica en una posición privilegiada, toda vez que a partir de su gestión se tomaron medidas que incidieron en la cotización de las acciones de Petaquilla.
Esto es exactamente lo que se comentaba sin reserva en los cocteles del mundo financiero, pero que no se denunciaba públicamente y en detalle hasta que el diario La Prensa lo reveló en su edición del 26 de diciembre de 2012.
LAS VENTAJAS DEL PODER
Desde la cuenta de inversión con el nombre “Ricardo Martinelli”, de la que solo tenía conocimiento su círculo cero, el comerciante, ya en la Presidencia, ordenó la compra de acciones de Petaquilla el 27 de octubre de 2009.
Para esa fecha y en víspera de la anhelada aprobación del inicio de la explotación comercial de oro en el proyecto en la provincia de Colón, dichos títulos tenían un precio de $0.22.
Cuando la explotación de la mina tuvo luz verde por parte del gobierno de Martinelli, la acción subió a $0.25 y los otros inversionistas las adquirieron en una posición de desventaja, respecto a la cuenta que el entonces mandatario manejó con pericia.
En estos andares, Martinelli siempre tuvo el viento a su favor. Era el pitcher y el catcher en el juego bursátil.
Financial Pacific logró la venta de un bloque de acciones de Petaquilla en enero de 2010, hasta liquidar por completo su posición.
De acuerdo con las investigaciones de la SMV, Martinelli compró otro paquete accionario por $0.32, a través de Financial Pacific, tres meses después las vendió a un precio promedio de $0.78, “equivalente a una ganancia promedio en acción” de $0.46.
Martinelli logró una ganancia neta de $102 mil 876, tras adquirir 225 mil acciones de Petaquilla, a un monto de $71 mil 126, para luego venderlas en $177 mil 076.
Desde su nacimiento, la cuenta empezó con el pie izquierdo. Su primera transacción fue por apenas $818, una cantidad supremamente baja para tratarse de un esquema legítimo de inversión.
Dos años más tarde, de acuerdo con los hallazgos de la SMV, la cuenta “Martinelli” hace una transferencia de $50 mil a favor de Cane Clark LLP, firma de abogados con la que no tenían ninguna relación declarada y la cual está relacionada con una demanda de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).
Una de sus abogadas, Kyleen Cane, está vinculada precisamente a un esquema de fraude y manipulación de mercado en Estados Unidos.
AMIGOS Y SOCIOS
La cuenta “Distribuidora Comar, S.A.”, cuyo nombre hace gala de una empresa de distribución de tarjetas de telefonía y nace del ‘partnership’ entre el ejecutivo Juan Luis Correa y Martinelli, también está fichada por la SMV. Al parecer, había una fijación por las inversiones mineras.
Distribuidora Comar, S.A. compró acciones de Petaquilla, pero la operación no fue reflejada en el movimiento de efectivo como una salida de dinero propiamente, sino que era utilizada como una cuenta de margen otorgada por Financial Pacific, la cual no estaba sustentada bajo un contrato.
Todo indica, según la SMV, que había interés de no dejar rastros de la cuenta en los documentos que revisa el regulador.Algo nada accidental para la SMV es que coinciden en tiempo algunas de las compras de acciones de Distribuidora Comar, S.A. y la cuenta Martinelli.
Correa habló ayer con este diario y validó la existencia de la cuenta de inversión en Financial Pacific. Aseguró que no hay nada que ocultar. Expresó que la mayoría del dinero invertido se perdió. A su juicio, invertir en este tipo de negocios es como jugar al casino. “Yo creo que si acaso ganamos alguna platita”, dijo.
Aseguró que desconocía en detalle de las inversiones que se hacían a través de la cuenta, pero que todo se aclarará cuando se hagan las investigaciones y entreguen los documentos a requerimiento de las autoridades.
Además de los hallazgos financieros, la SMV ha hecho las conexiones entre los inversionistas y directivos de Petaquilla, validando la teoría del tráfico de información privilegiada.
Menciona expresamente que Raúl Ferrer Arosemena fue “designado” por Martinelli en la directiva de Petaquilla.
Justo cuando Petaquilla Gold estaba por sentar las bases de una nueva relación con el Estado panameño –que permitió la comercialización del oro que extrae en Donoso (Colón)–, el directorio ejecutivo de Petaquilla Minerals cambió radicalmente. Las movidas en el organigrama del holding de Petaquilla Gold se dieron el 5 de noviembre de 2009.
En ese momento se anunció que del viejo directorio solo quedaría Richard Fifer con el cargo de presidente no ejecutivo. A la lista de directores se sumó, entre otros, Raúl Ferrer Arosemena, identificado como un ejecutivo cercano a Martinelli.
Ferrer fue nombrado en octubre de 2009 por el Ejecutivo como su representante en la junta directiva de la Agencia del Área Económica Especial Panamá-Pacífico.
También actuó como director en Génesis y Asociados, empresa de publicidad y comunicación que manejó millonarias cuentas publicitarias de entidades del Estado.
Un dato que pasó por alto la SMV en sus investigaciones administrativas es la relación de Correa con su primo Rodrigo Esquivel, quien ocupó la presidencia de Petaquilla.
La información recopilada por la SMV es una muestra irrisoria de las transacciones logradas por las empresas vinculadas por Martinelli. La SMV ha dado con estos reportes en un segundo proceso de intervención en Financial Pacific, iniciado en 2014. Esto implica que mucha información se pudo haber perdido o eliminado de forma premeditada.
Cuando el ente regulador trató de tomar el control de la empresa en 2012, sus exdirectivos Iván Clare y West Valdés hicieron todo cuanto estuvo a su alcance para evitar que se abriera el telón de la casa de valores.
Lograron que la Corte suspendiera un primer proceso de reorganización ordenado en la casa de valores, luego que el magistrado Alejandro Moncada Luna, hoy condenado por falsedad ideológica de documentos públicos y enriquecimiento injustificado, admitiera un amparo de garantías. Asumieron nuevamente el control de la empresa y más tarde la “venden” al grupo Mendo Sampaio.
En el informe enviado a la Corte, el regulador de valores advierte que hay fuertes indicios de que las personas en las cuentas mencionadas y administradas por Financial Pacific se asociaron para configurar la conducta criminal de usar información privilegiada y confidencial para obtener un provecho económico. Piden que se hagan las respectivas investigaciones.
Socios y viajeros: la conexión entre Martinelli y Correa
Las comitivas de los viajes oficiales del entonces presidente Ricardo Martinelli siempre fueron una incógnita. Además de la lista oficial de sus acompañantes, a Martinelli le gustaba estar con personas de su confianza. Por ejemplo, en su visita a Haití, en febrero del año pasado, el empresario incluyó, de forma secreta, a sus amigos y socios Riccardo Francolini y Juan Luis Correa.
Ambos fueron recibidos por el Estado de Haití con bombos y platillos, ya que llegaban de la mano del mandatario invitado. Año y medio después, la Superintendencia del Mercado de Valores ha dado a conocer que tanto Martinelli como sus dos compinches están vinculados al escándalo de Financial Pacific (FP).
Una de las empresas mencionadas por la institución es Distribuidora Comar, S.A. creada en 2006 y hasta hace poco tenía en su junta directiva a Correa, a Martinelli y sus hijos Luis Enrique y Ricardo Martinelli Linares. Hace cuatro meses, específicamente en abril pasado, los Martinelli presentaron la renuncia a sus cargos como directores, secretarios y tesoreros.
La operación se llevó a cabo apenas días después de que la Contraloría General de la República, a cargo de Federico Humbert, contratara a la empresa, por $393, para la compra de 30 tarjetas telefónicas de prepago. La súbita renuncia de los Martinelli, empero, no fue el final de las relaciones comerciales con Correa.
Desde 2007, el trío conforma la directiva de Interdot Communications, una sociedad que en su registro se perfiló para inversiones, compras, ventas y todo negocio lícito permitido.
Pero hay más. Laura Correa de Díaz, su hermana, fue nombrada en la Presidencia de la República y su esposo, Javier Díaz, fue primero director médico de la Caja de Seguro Social y luego ministro de Salud en la era Martinelli.
Con información de Luis Burón-Barahona