Se puede descubrir el otro San Felipe al recorrer y admirar el primer rascacielos que tuvo Panamá o conocer los detalles sobre la reforma bien realizada de la casa del fotógrafo Carlos Endara.
El arquitecto Eduardo Tejeira presenta en el video reportaje que acompaña esta nota por qué San Felipe es importante para la historia y, por tanto, es un legado arquitectónico de otras generaciones. Conocerá, por ejemplo, la casa La Boyacá, que en la actualidad fue restaurada y en la que viven varias familias.
Tejeira explica que ya no queda nada de esas casas de madera de Panamá Viejo, en las que vivieron los primeros residentes de San Felipe, quienes llegaron a la zona en busca de un nuevo asentamiento para la ciudad, en 1673, tras el ataque del capitán Henry Morgan.
Historia
El arquitecto detalla la importancia de las murallas que tenía la vieja ciudad y donde aún pueden verse los restos de una de las principales, que queda ubicada cerca de la Plaza Herrera.
El Baluarte Mano de Tigre -que puede admirarse enfrente de la La Boyacá- data de finales del siglo XIX y es un ejemplo de las edificaciones de madera que había en San Felipe.
La muralla existió hasta mediados del siglo XIX y de ella solo queda un pedazo que recuerda la habilidad que tenían los primeros istmeños para construir y defender sus tierras.
En el video apreciará esas y otras edificaciones, que se encuentran ubicadas en una zona que es considerada por Tejeira como de "transición", debido a que allí se encuentra el edificio considerado el "primer rascacielos de Panamá", además de casas de madera y la iglesia de San José, del siglo XVII.
Tejeira recuerda que en el llamado San Felipe clásico, que se aprecia en el área de la Plaza de la Catedral o en el sector del Palacio de Las Garzas, la zona es más homogénea, ya que se aprecian residencias y edificios públicos que fueron evolucionando con el tiempo.
Mientras que en el San Felipe no clásico verá estilos como el art deco, el neocolonial o las edificaciones de madera.