El martes 25 de marzo, la periodista Urania Cecilia Molina falleció en su hogar en La Chorrera, rodeada de su familia. Urania fue una colaboradora de La Prensa, y aquí, en su periódico, es recordada con cariño por todos quienes tuvieron el privilegio de conocerla. Este “Frentiao” es en su honor.
¿Cómo enfrentamos la muerte de un ser querido?
Primero, no existe eso de “superar” la muerte de un ser querido. No es una meta que se alcanza ni una fase que se deja atrás. Más bien, aprendemos a vivir con su ausencia.
El New York Times resaltó en un artículo que el duelo no sigue una fórmula exacta, no tiene tiempos definidos ni etapas que aplican a todo el mundo. No hay formas correctas ni incorrectas de sentirlo o vivirlo. Lo que sí hay es un proceso con altas y bajas, con momentos de calma y con otros de una tristeza profunda que llega sin avisar. Se siente como olas; algunas suaves, otras gigantescas. En esas olas no es necesario esconder el dolor ni disfrazarlo con distracciones. Sentirlo es natural. Así como cada quien ama de una manera diferente, también cada quien lamenta la pérdida de una manera diferente.
El duelo no es un camino que se recorre para “superarlo”, sino un viaje que se aprende a transitar “con” el dolor, llevándolo como parte de nosotros. No tienes que “dejarlo ir”. Ese consejo de “tienes que soltar” no siempre aplica. No es obligatorio. El amor, los recuerdos y los momentos vividos no desaparecen con la muerte; siguen contigo, forman parte de ti. No se trata de olvidar ni de dejar atrás, sino de encontrar nuevas maneras de llevarlos.
Cuidarse es fundamental. En el duelo, lo básico a veces se vuelve difícil: comer, dormir, moverse, asearse. Cada quien lo hará a su ritmo, pero es importante recordar que cuidar el cuerpo también ayuda a cuidar la mente. Caminar, hacer ejercicio, dormir lo suficiente y alimentarse bien son pequeños pasos que suman en el proceso.
Si eres tú quien enfrenta el duelo y así lo deseas, apóyate en otros. No eres una carga ni una molestia. Hablar con alguien, compartir recuerdos, o simplemente estar en silencio con compañía puede ser un alivio.
Si puedes, busca ayuda profesional. En Panamá, la Fundación Piero Rafael Martínez de la Hoz ofrece apoyo en procesos de duelo.
Escribir puede ayudar: escribir cartas, diarios o simplemente plasmar pensamientos en papel es una forma de darles un espacio. Un álbum de fotos, plantar un árbol en su honor, son maneras de honrar la memoria.
Involúcrate en algo significativo para esa persona. Desde una campaña, una causa, hasta un gesto tan simple como encender una vela o visitar un lugar especial.
Si alguien cercano a ti está pasando por una pérdida, respeta su proceso y sus emociones sin juzgar. Un simple “Aquí estoy si me necesitas” es más poderoso de lo que imaginas.
No hagas que la conversación gire en torno a tu propia experiencia, a menos que te lo pidan. Si no comparten la misma fe, evita hablar de religión a menos que la persona lo desee. No impongas cómo “debería” sentirse. Lo que sea que esté sintiendo es válido.
Frases como “El plan de Dios es perfecto”, “Todo pasa por algo”, “Dios sabe lo que hace” pueden no ser lo que la persona necesita escuchar. A veces, lo mejor que puedes hacer es simplemente acompañar. Un “Háblame de esa persona, ¿qué recuerdos tienes?” puede ser un mejor consuelo.
Importante: El dolor no desaparece, pero aprendemos a vivir con él. El duelo es, en el fondo, el último acto de amor hacia quienes nos dejaron. Duele mucho porque se amó mucho.
Gracias por estar aquí. Un abrazo para quienes enfrentan una pérdida y nos vemos en el siguiente ¡Frentiao!.
“...Como periodistas, nosotros tenemos que ofrecer un servicio, ser buenas personas con la gente, ser EMPÁTICO. Entonces por eso yo te decía: mientras yo esté bien hija, usted cuenta conmigo y el colegio (CONAPE) tambien...” Urania Molina en conversación con Gricelda Melo.