Una de las mayores amenazas a la democracia panameña es olvidar lo que hemos vivido. La invasión de Estados Unidos a Panamá me la enseñaron “por encimita” en la escuela. Mi mamá vivía en el piso 14 de la “15 pisos” como se le llamaba al complejo 24 de Diciembre de El Chorrillo.
Vivió de primera mano la dictadura (la de Omar Torrijos y la de Manuel Antonio Noriega), la invasión y la vida en democracia. Nunca se niega a echar cuentos de ese periodo de la historia panameña.
En esta edición de Frentiao queremos hacer homenaje al acto de sentarse a echar cuentos de generación en generación sobre lo que pasó, lo que vivieron, saber a qué nunca debemos volver y lo que tenemos prohibido olvidar.
Por eso, me senté con Roberto Bobby Eisenmann, exiliado de la dictadura y fundador de La Prensa, quien brindó declaraciones respondiendo a la pregunta del título. El siguiente escrito es su respuesta:
La invasión fue una total sorpresa para todo el mundo, inclusive para Noriega que estaba muy conectado con los gringos. Nosotros estábamos en ese momento en el exilio, el segundo. Fueron 2 exilios de 3 años y medio. Fueron 7 años que estuve afuera.
Nosotros llevábamos muy de cerca una reunión interinstitucional que se hacía en la Casa Blanca para el problema Noriega, no era el problema de la dictadura. Era el problema de Noriega... por la droga.
En esas reuniones todo el mundo tenía una posición ajena a su posición normal. Por ejemplo, el Pentágono, la fuerza militar, decía que de ninguna manera, ninguna actividad militar. El Departamento de Estado, que son los diplomáticos, los que siempre son los suavesones, los que ellos llaman en inglés doves (palomas), eran lo que querían una acción militar. ¡Al revés!
La DEA (Administración de Control de Drogas) defendía a Noriega y la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos defendía a Noriega. “He’s our S.O.B.”
Ahí no había ninguna posibilidad de consenso y cuando a mí me hablaban de invasión yo decía que eso no tenía la menor posibilidad. Es más, me hicieron varias entrevistas en Estados Unidos y me preguntaban: ¿usted estaría de acuerdo con una invasión? y decía “¡de ninguna manera!...¡de ninguna manera! Ese problema lo vamos a resolver nosotros”. La cantidad de llamadas que recibí de Panamá mandándome a rodar por haber tomado esa posición [fue tremenda], pero a mí no se me hubiera ocurrido pedir una invasión y a nadie en la oposición se le hubiera ocurrido.
¿Qué hizo el presidente Bush (George Bush padre)? que había sido director de la CIA y conocía la relación de la CIA con Noriega: cambió al jefe del “joint chief of staff”, que es el macho de todas las fuerzas militares de Estados Unidos, y cambió el jefe del Comando Sur, que era los militares que estaban opuestos [a la invasión].
Acuérdate, él cambia a los dos y pone gente que estaban de acuerdo con la invasión militar. Deja a la CIA y la DEA por fuera, no les dice nada, y arma su invasión.
Cuando Noriega habla con su amigo de la CIA, le dijo: “no te preocupes no está pasando nada”... porque no sabían. La invasión, fue una decisión de los Estados Unidos. Decisión que toma Bush (padre), cuando le matan a un oficial gringo, eso fue...el disparo. O sea, lo pararon en una vaina, el carro arrancó, y el soldado panameño disparó. Le dio una bala en el cuello y murió el soldado. Ese fue el “trigger” de la invasión... la “excusa” de la invasión.
Pero nadie sabía de esa invasión, nadie. Por supuesto que lo gobiernistas del momento decían que la oposición estaba pidiendo la invasión, pero eso nunca fue cierto... Nunca fue cierto. Cuando a Billy Ford, Ricardo Arias Calderón y Guillermo Endara les dicen que tienen que ir a una base militar norteamericana sin saber porqué, ahí les dicen: “la invasión a Panamá ya está en el aire” y les piden que ellos firmen una carta “pidiendo” la invasión... pero ellos se niegan rotundamente a hacerlo.