Soldados norteamericanos vestidos de camuflaje en la Avenida Balboa presagiaban lo que traería el Secretario de Defensa a Panamá. Los militares eran parte de las maniobras Panamax que se realizan cada cierto tiempo, pero la óptica era premonitoria. Los videos del poderoso funcionario haciendo pechadas en la Cinta Costera con miembros del Comando Sur completaron la escena. Esa imagen es parte del mensaje.
Sus primeras palabras en la antigua base de Rodman muestran un claro sesgo militar en la defensa del Canal. Allí aseguró que la via se mantendría segura gracias “al poder disuasorio de la fuerza de combate más poderosa, eficaz y letal del mundo”. La narrativa es contraria a la esencia de los tratados: lo que defiende al Canal es su neutralidad y no una fuerza militar extranjera.
Tras la reunión con el presidente Mulino se divulgó una declaración conjunta, que de conjunta solo tenía el título: las versiones en español y en inglés eran sustancialmente diferentes. Para empezar, la versión del Pentágono omitía el reconocimiento de la soberanía panameña sobre el Canal, una frase indispensable que el Secretario de Defensa evitó pronunciar. Ante una pregunta directa, el también ex presentador de Fox News, dijo que “el Canal de Panamá está en Panamá” y que nuestro país es socio de los Estados Unidos en la protección de la soberanía contra la maliciosa influencia de China. Tremenda maniobra, no militar, sino lingüística.
Pero el predominio de la versión en inglés continuó, esta vez con el paso expedito y gratuito para los barcos militares norteamericanos por el Canal, una iniciativa llamada “First and Free”. En este contexto “free” es gratis y no libre, como intentó confundir, sin éxito, el gobierno en su comunicado. El paso expedito está establecido por el Tratado de Neutralidad, pero no así el paso gratuito. La palabra gratis sale muy costosa en términos de soberanía, tanto así que cuando el Departamento de Estado la utilizó tras la visita de Marco Rubio, Mulino la catalogó de “falsedad intolerable”. Parece que la tolerancia a la falsedad ha aumentado. El Canal firmó una declaración conjunta (otra más) para compensar a Estados Unidos por los peajes. Esta vez la maniobra lingüística fue de Panamá: se reemplazó la palabra gratuito por el término “costo neutro”. Es una forma de darle la vuelta al tratado, pero en esencia estaríamos reembolsando al Pentágono los peajes de las naves de guerra para que Trump pueda cantar victoria.
El comunicado del Pentágono también menciona los “joint use-locations” o instalaciones de uso conjunto, que bien podrían ser un eufemismo para las bases militares, prohibidas en el Tratado de Neutralidad. El ministro Frank Abrego lo negó categóricamente durante la firma de un memorándum de entendimiento que, con el presidente Mulino como testigo de honor, establece la presencia conjunta de militares estadounidenses y fuerzas panameñas en la Base Naval de Rodman, la Base Aérea de Howard y el Fuerte Sherman, donde también se revivirá la escuela para la jungla. ¿Una nueva versión de la Escuela de las Américas?
De vuelta en EEUU, el Secretario de Defensa Pete Hegseth afirmó junto a Trump que habían logrado sus objetivos: el paso gratuito de las naves de guerra y la presencia de tropas para defender al Canal de China. Definitivamente hay mucho que se impuso en inglés y se calló en español. Se entiende la disparidad de poder entre los dos países, pero no así el intento por encubrir lo que quedó al descubierto. Es imperdonable que el presidente no le de la cara al país en un momento de decisiones tan críticas . Ninguna maniobra lingüística puede ocultar eso.