Los estadounidenses empezaron a votar este martes para elegir al sucesor del presidente Barack Obama, entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, poniendo fin a una larga y amarga campaña que tiene en vilo al mundo.
En una reñida carrera por la Casa Blanca, la exsecretaria de Estado de 69 años y el magnate neoyorquino de 70 dieron el todo por el todo en una frenética gira de último minuto para convencer a los últimos indecisos, a pocas horas de la apertura de las urnas.
Los electores empezaron a depositar sus votos en nueve estados del este, entre ellos Virginia, Maine y Kentucky desde las 06H00 locales (11H00 GMT).
Una hora después abrirán los centros electorales en Florida, donde el ganador de la elección presidencial se podría decidir.
"Mañana enfrentamos la prueba de nuestras vidas", dijo Clinton la noche del lunes, situada en el umbral de la historia, a una victoria de convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
Ante una multitud récord de más de 30 mil personas en Filadelfia, estuvo acompañada de Obama y la híperpopular primera dama Michelle, además de su esposo y expresidente Bill Clinton.
Rodeada de una masa iluminada de edificios históricos en la ciudad donde el acta de independencia y la Constitución estadounidense fueron redactadas, la candidata demócrata desprendió optimismo pero insistió en que los estadounidenses que vayan a las urnas este martes tendrán por delante una opción entre la "división y la unidad".
"Mi fe en nuestro futuro es más grande que nunca", lanzó después, prácticamente sin voz, en el cierre de campaña en Carolina del Norte ya de madrugada.
En contraste, Trump presentó a su rival como una mujer corrupta de una élite desacreditada, en los último mitines en New Hampshire y Michigan.
Al prometer acabar con "años de traiciones", desandar tratados de libre comercio, cerrar la frontera, detener el narcotráfico y excluir a todos los refugiados sirios, Trump dijo a sus seguidores: "Estoy con ustedes y lucharé por ustedes y ganaremos".
En la cúspide de una carrera política que se remonta a cuando fue primera dama de Estados Unidos o más atrás, como una joven activista contra la guerra de Vietnam, Hillary Clinton es respetada pero malquerida.Empresario y exestrella de televisión, sin haber sido electo nunca, Donald Trump fue el invitado sorpresa a la campaña electoral: interpretando como nadie -y contra los pronósticos de todos- las frustraciones e inseguridades de los estadounidenses en un mundo en mutación, que sacudió al establishment de su partido.Antiinmigrante y sexista, impulsivo y corrosivo, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política.
Después de 693 días –23 meses– de drama, insultos, escándalos y más escándalos, unos 225 millones de estadounidenses están llamados a decidir quién de los dos será el presidente 45 de Estados Unidos.