La policía allanó el viernes los obispados de Temuco y Villarrica, en el sur chileno, donde incautó documentos e investigaciones religiosas contra cinco sacerdotes acusados de abusos sexuales el mismo día que una alta autoridad clerical de Santiago quedó encarcelada mientras es indagada por agresiones sexuales a cinco niños, informaron fiscales.
Casi simultáneamente policías y detectives liderados por fiscales ingresaron a ambos obispados y procedieron a retirar múltiples documentos. En Temuco, 700 kilómetros al sur de Santiago, la fiscalía retiró cajas con papeles e investigaciones religiosas de tres curas indagados por abusos sexuales a niños, y en Villarrica, 50 kilómetros al sur de Temuco, la historia se repite con otros dos casos.
El fiscal de Temuco, Roberto Garrido, dijo que el obispado negó los documentos por lo que solicitó una orden judicial para concretar el allanamiento. La Iglesia Católica chilena prácticamente perdió la capacidad de sorprenderse porque desde marzo a la fecha se han destapado decenas de delitos sexuales de curas contra niños que se agudizaron en junio, cuando la Fiscalía Nacional se comprometió a investigar las agresiones sexuales de curas.
El fiscal Emiliano Arias, del obispado de Rancagua, 80 kilómetros al sur de Santiago, exhortó a las víctimas a presentar las denuncias ante la justicia civil si acusaciones previas ante autoridades eclesiásticas no tuvieron resultados. Arias ordenó allanar el pasado 13 de junio los obispados de Santiago y Rancagua y confiscó documentos que le permitieron arrestar el jueves al excanciller del Arzobispado de Santiago, Oscar Muñoz, de 56 años, a quien acusó el viernes de abusar reiteradamente de cinco menores. El defensor de Muñoz aceptó la culpabilidad de su cliente sólo en dos casos.
Un tribunal oral de Rancagua ordenó el viernes la detención de Muñoz por seis meses en una cárcel común, tiempo que tendrá Arias para fundamentar sus acusaciones. De ser encontrado culpable, el cura podría ser condenado a una pena que va de dos a 15 años de presidio.
El obispo auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo, dijo que siente “un dolor grande” por las víctimas”. La Iglesia chilena no logra salir del escándalo en que se sumió en abril, luego que el papa Francisco ordenara una investigación sobre los abusos sexuales de religiosos a niños, de la que concluyó que hace décadas vive una “cultura de abuso y encubrimiento”.
Francisco citó a los 31 obispos chilenos activos y a otros tres eméritos a El Vaticano, donde les dijo que habían dejado de preocuparse de los fieles, centrándose en ellos mismos; que no acogieron a las víctimas de los abusos ocasionándoles más daño y que hasta destruyeron documentación comprometedora.