Ni siquiera el hombre más rico del mundo pudo evitar que le hackearan una selfie íntima. La revelación de Jeff Bezos, director general de Amazon, de quien un tabloide obtuvo ilegalmente su foto desnudo muestra que los multimillonarios tampoco escapan de los tentáculos de las intrusiones informáticas.
"Nadie está fuera del alcance de la explotación en línea", dice Mark Johnson, jefe de la compañía de seguridad informática Sovereign Intelligence.
Para este experto, los multimillonarios y los grandes empresarios son particularmente vulnerables porque su información personal es una mina de oro para delincuentes, agencias de inteligencia y competidores.
Estos diferentes actores apuestan, según él, a que los datos robados les darán una mejor comprensión de las innovaciones y estrategias de piratería.
"Obtener su información personal es como obtener las llaves del reino", dice Johnson. "Si el (tabloide) National Enquirer tiene fotos del pene de Jeff Bezos, no me digas que China no tiene el IP (número que identifica a un dispositivo en red) y la estrategia de Amazon", escribió en Twitter Ian Bremmer, fundador del grupo de expertos Eurasia Group.
Desde las revelaciones de Bezos, cuya fortuna se estima en más de 130 mil millones de dólares, los expertos en seguridad informática consultados por AFP afirman haber constatado un aumento de los pedidos de poseedores de grandes fortunas para que verifiquen que sus sistemas y dispositivos no han sido hackeados.
"Las amenazas actuales no están necesariamente dirigidas a penetrar las paredes del castillo, porque ellos ya están dentro, especialmente en dispositivos personales, y la experiencia ha demostrado que se necesitan ocho meses para que se detecte una intrusión", dice Kris Coleman, fundador de Red Five Security.
En esta era de la superconexión, gran parte de la seguridad de los poseedores de grandes fortunas se ha desviado de los guardaespaldas y las alarmas ultrasofisticadas a la gestión de riesgos para proteger los bienes, la imagen y su "patrimonio", porque cada vez más las informaciones personales son almacenadas en línea: número de seguridad social, datos bancarios, certificados de salud, número de la licencia de conducir, dirección personal, etc.
Normalmente las grandes fortunas disponen de un servicio de seguridad informática y recurren también a sociedades exteriores para evaluar regularmente sus dispositivos, ya que muchos ataques informáticos son detectados por terceros, según observadores.
Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook, gastó 7.3 millones de dólares en seguridad en 2017, frente a 4.2 millones en 2015, una suma astronómica que la red social considera normal a causa de "su rango y de su importancia".
El pasado mes de julio la compañía indicó además que iba a destinar 10 millones de dólares suplementarios al año para reforzar su dispositivo de seguridad.
"La protección contra un complot interno, especialmente de personas de confianza, o contra una agencia de inteligencia que trate de atacar desde fuera exige una gran inversión, mucha experiencia y vigilancia", estima Kris Coleman, que no desea compartir las medidas de inteligencia adoptadas por sus clientes.