Unos 50 campesinos y activistas que se oponen a la operación de una fábrica de cemento en la provincia indonesia de Java Central cubrieron sus pies de concreto durante una protesta de varios días en la capital Yakarta.
Los campesinos de la villa de Kendeng han luchado durante años contra los planes de instalación de la fábrica, bajo el argumento de que podría contaminar su agua.
La planta está casi terminada y el propietario, la empresa estatal Cement Indonesia, ha dicho que creará empleos e impulsará la economía local.
La protesta en curso fue ensombrecida esta semana por la muerte de una mujer que participaba. Una fundación de asistencia jurídica que apoya a los manifestantes dijo que Patmi, de 48 años, murió el martes temprano debido a un ataque cardiaco.
Muhamad Isnur, un abogado de la fundación, señaló que la muerte de Patmi —quien sólo tenía un nombre— "no nos detendrá. Por el contrario, amplificará nuestro movimiento".
Anis Maftuhin, quien dijo que representa a la mayoría del pueblo de Kendeng que apoya la fábrica, la defendió como una mejor alternativa en el área a la minería en las montañas Karst.
Dijo que Cement Indonesia ha construido una cuenca de retención de agua y ayudó a asegurar suministros de agua limpia.Pero Isnur dijo que la minería sólo era del tipo tradicional y en pequeña escala, y que la fábrica podría poner en peligro el suministro de agua mucho más allá de los poblados en las montañas.
