Los candidatos a la presidencia de Brasil prometieron defender la Constitución del país, que fue promulgada hace 30 años, en su primera entrevista nacional después de la votación del domingo, rechazando planes propuestos previamente para reescribir las leyes.
El ultraderechista excapitán del Ejército Jair Bolsonaro, quien estuvo cerca de obtener una victoria absoluta en primera vuelta, dijo a Globo TV que será un "esclavo" de la Constitución y desestimó los comentarios hechos por su candidato a la vicepresidencia, quien había sugerido que un grupo de expertos podría modificar la carta magna.
El izquierdista Fernando Haddad dijo que cambió de opinión y que, en lugar de buscar una prometida Asamblea Constitucional en su programa oficial, propondría enmiendas a las leyes actuales. También dijo a Globo TV a última hora del lunes que sus prioridades serían una reforma fiscal y una reforma bancaria para reducir la "concentración" en el sector y "tasas de interés más bajas" para las empresas y los consumidores.
Su compromiso con la Constitución, aprobada en 1988 después de que Brasil saliera de más de dos décadas de gobierno militar, fue un esfuerzo por calmar a los votantes preocupados por el futuro de su democracia. Bolsonaro ha expresado que tiene una opinión favorable de la dictadura y el domingo dijo que un fraude electoral pudo haber evitado su victoria absoluta. El Partido de los Trabajadores, de Haddad, ha cuestionado en reiteradas oportunidades la legitimidad de la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff, así como las decisiones judiciales para encarcelar a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Los candidatos también intentan llegar a una mayor parte del electorado antes de la segunda vuelta del 28 de octubre y ambos prometieron eximir de impuestos a la renta de los brasileños cuyos salarios mensuales ascienden a menos de cinco salarios mínimos.
Bolsonaro también se comprometió a mantener el programa de transferencia de efectivo conocido como Bolsa Familia, una marca registrada del Partido de los Trabajadores que ayudó a Haddad a ganar en los estados más pobres del noreste. Haddad, que necesita superar el feroz rechazo a su Partido de los Trabajadores de una gran parte del electorado, no mencionó el nombre del expresidente Lula durante la entrevista. En su lugar, dijo que él es el candidato que representa a la "socialdemocracia".