El Ministerio de Salud de Brasil informó el martes que hubo un aumento importante de bebés que nacieron con microcefalia, al mismo tiempo que reportó 19 muertes de recién nacidos que se sospecha fue ocurrieron por el virus zika en algunas regiones del país.
Los casos de malformaciones en la cabeza de recién nacidos pasaron de mil 248 a mil 761 en una semana, informó el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, Claudio Maierovitch.
El gobierno montó una estrategia esta semana para el combate al mosquito Aedes aegypti, que propaga el zika, el dengue y chikungunya. "Estamos articulando dentro del Gobierno federal una lucha contra el mosquito", dijo Maierovitch.
"Trabajamos junto al ejército para apoyar a las fuerzas armadas junto con agentes de salud".
Aunque el gobierno confirmó la relación entre la malformación de la cabeza y el virus zika, solo han logrado analizar y hallar presencia del virus en sangre y tejidos de una bebé que nació con la cabeza pequeña y murió en el estado de Ceará, un hecho inédito en el mundo. Maierovitch dijo que tomará unas semanas más para confirmar más de ellos.
Las notificaciones se concentran en el estado de Pernambuco, donde se sospechan 804 casos en lo que va del año.
El estado ya decretó una situación de emergencia y decenas de soldados han comenzado a llegar para visitar hogares y eliminar criaderos del mosquito.
Hasta ahora, el Gobierno sospecha que el riesgo del trastorno neurológico se asocia a los primeros tres meses de embarazo. La microcefalia es una malformación en la que el cerebro no se desarrolla de manera adecuada.
Los bebés nacen con una cabeza cuya circunferencia es menor de lo normal. Por lo común, la medida llega a sobrepasar los 33 centímetros. El trastorno puede afectar la capacidad motora y provocar retraso mental.
En 2014, el total de casos de microcefalia notificados en Brasil fue de 147. El virus zika hasta ahora se había presentado con síntomas similares que el dengue, como la fiebre, manchas en la piel y dolor muscular, pero se consideraba más leve.
Investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la agencia de salud de Estados Unidos, llegaron la semana pasada al país, según el Gobierno de Brasil, invitados para continuar con los análisis.
Sin embargo, la agencia no ha respondido a una solicitud de The Associated Press para comentar sobre la investigación.