Colombia sepultó este martes a decenas de los 273 muertos que hasta ahora dejaba la brutal avalancha el fin de semana en la sureña ciudad de Mocoa, mientras se apronta a reconstruir un pueblo aún sumido en el barro, la destrucción y el dolor.
"Mocoa no está sola. íÁnimo!", dijo el presidente Juan Manuel Santos al visitar el hospital local, poco antes de asistir a una misa en la catedral en la que pidió "fortaleza y templanza". Más temprano, dijo a periodistas que "afortunadamente" la cifra de fallecidos se mantiene en 273, y en 262 la de heridos, reporte que se mantenía hasta la noche del martes.
Muchos llevaban tapabocas para cubrirse de la polvareda que se levanta mientras el barro se seca. Hay plantas potabilizadoras y generadores de emergencia ante la falta de agua corriente y fluido eléctrico en la ciudad, capital del departamento de Putumayo.
Otros regresaban a sus hogares a recoger lo que puedan rescatar de los escombros. "La avalancha se vino por un lado y por otro y nosotros aquí, rezando", dijo a AFP Adelina Moreno, de 51 años, que mientras recuerda a los "muchos" de sus vecinos muertos, empaca su nevera, unos cajones y elementos de cocina.
Santos, que pasó la noche en Mocoa, donde coordina las labores de ayuda y reconstrucción, informó que 160 cadáveres ya han sido entregados a sus familiares, un proceso que se espera termine al final del día.
Pero muchos deudos aún esperaban los cuerpos de sus seres queridos para llorarlos en paz. "La niña está identificada con el número 2, fue la segunda que recuperaron y estaba enterita, se le reconocía, pero aún no nos la han entregado. Ni a ella ni a dos primitos más. Están todos morados, casi negros, hinchados, ¿por qué no nos los entregaron?", se quejaba Mercy Perengüez, de 33 años.
Su familia ya mandó cavar los tres hoyos para enterrar a esos niños de 6, 11 y 13 años. La tragedia dejó al menos 43 menores muertos.
El alud que se desató sobre la medianoche del viernes por el desborde de tres ríos tras fuertes lluvias afectó a unos 45 mil de los casi 70 mil habitantes de Mocoa, dijo a la AFP la gobernadora del Putumayo, Sorrel Aroca.
Además de las pérdidas humanas y materiales, la comunidad ha alertado de saqueos en las viviendas abandonadas, por lo que el presidente pidió a la Policía fortalecer las medidas de seguridad. A la inseguridad se suma la lluvia de penas.
Ramiro Mora, que deambula con el rostro cubierto por una mascarilla, pregunta por su hija Rudy, de 18 años, a quien se llevó la avalancha. "Estábamos todos cogidos de la mano (él y sus tres hijos) cuando la escuché decir ayúdeme, ayúdeme, pero no pude porque estábamos tapados" de lodo, cuenta sobre la última vez que la vio.
Se desconoce el número de desaparecidos, pero la Cruz Roja tiene abiertos 311 casos de búsqueda de familiares. Los rescatistas aún buscan gente atrapada, con pocas esperanzas.
El alud, que según un estudio podría repetirse en 385 sitios más de Colombia, supera al último gran desastre natural que sufrió el país, un deslave en Salgar que mató a 92 personas en mayo de 2015.
Recuperar Mocoa tardará entre dos años y medio y tres años, estimó el ministro de Defensa y flamante gerente de reconstrucción, Luis Carlos Villegas, quien volverá a la zona este miércoles.
Se prevé la construcción de nuevas viviendas, alejadas de ríos y quebradas, acueductos, hospitales y el diseño de un plan de energía.
Para atender con celeridad el desastre, Santos ya decretó la emergencia económica, social y ecológica. El gobierno pretende aplicar el mecanismo de "impuestos por obras", para que sector privado participe en la reconstrucción de infraestructura y luego descuente lo invertido de los impuestos.
El ministro de Transportes, Jorge Rojas Giraldo, aseguró que varias vías de acceso a Mocoa ya se han abierto temporalmente y se trabaja para recuperar la movilidad interna.
Las donaciones en víveres y dinero vienen de todos lados. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), concentradas en 26 zonas del país para su desarme tras la firma de la paz y una de ellas cercana a Mocoa, enviaron dos toneladas de comida.
El Senado, integrado acordó donar cinco días de salario de sus 102 miembros, equivalente a unos 148 mil dólares, mientras que la Unión Europea entregó 150 mil euros.
Más de 2 mil 200 personas han recibido 20 toneladas de alimentos y kits de aseo, así como asistencia psicológica y albergue en cinco refugios, según la estatal Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).Para el final del día se esperan otras 40 toneladas de ayuda humanitaria y cinco toneladas más de comida para animales. Este miércoles iniciaban las jornadas de vacunación.