El máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) inauguró el sábado la última conferencia de esa guerrilla en los llanos colombianos, en la cual se refrendará el acuerdo de paz logrado semanas atrás con el gobierno para abandonar las armas y convertirse en un partido político.
A primera hora del sábado en las sabanas del Yarí, departamento del Caquetá en el sur del país, el máximo comandante rebelde alias Timoleón Jiménez saludó subido en una gran tarima a al menos 500 delegados de los frentes guerrilleros vestidos de civil, desarmados y algunos de ellos acompañados de animales como perros, monos y aves.
"Esta histórica conferencia da la oportunidad de comprometer la palabra de todas las FARC" con el cumplimiento del acuerdo de paz conseguido con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos el pasado 24 de agosto en La Habana, sostuvo Jiménez, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño Echeverri.
"Si nuestros enemigos quieren pregonar la guerra, allá ellos. Para las FARC la mayor satisfacción será siempre haber ganado la paz", dijo Londoño enfundado en una camiseta blanca y acompañado por los integrantes del Secretariado o la máxima dirección de esa guerrilla.
El líder rebelde se mostró esperanzado que tras la décima conferencia, que se extenderá hasta el 23 de septiembre, se refrende el acuerdo "a fin de que tenga carácter vinculante y sea de obligatorio cumplimiento para toda la guerrillerada".
Las FARC, que nacieron en 1964, tienen unos 7 mil combatientes y otro número similar de colaboradores y miembros de células urbanas.
Guerrilla y gobierno confían en que el número de disidentes sea poco, pero reconocen que algunos hombres se quedarán al margen de la ley para administrar el tráfico de droga.
Londoño confió también que con base en "la altura de los debates" y con la "más amplia democracia", los delegados de las FARC contribuyan a "producir las disposiciones políticas y organizativas para iniciar el tránsito hacia un partido o movimiento político".
Con la terminación del cónclave guerrillero, Londoño estará listo para acudir el 26 de septiembre a la ciudad de Cartagena, un balneario en el Caribe colombiano, junto al presidente Santos para rubricar el acuerdo de paz.
Días después, el 2 de octubre, está programado un plebiscito en el que los colombianos dirán en las urnas si aprueban o no los acuerdos alcanzados por las partes, para concluir así un conflicto que ha dejado unos 260 mil muertos y más de 6.9 millones de desplazados.