El anuncio de una nueva reunión este sábado entre el presidente Juan Manuel Santos y el exmandatario Álvaro Uribe generó gran expectativa frente a la posibilidad de haberse sellado en La Habana un nuevo acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el que se incorporan varias de las modificaciones propuestas por los contradictores del proceso.
"De Presidencia me informan que el señor Presidente y el MinDefensa necesitan hablar conmigo, urgente", escribió Uribe en su cuenta de Twitter, a la vez que precisó que dicho encuentro se daría en la jornada en Rionegro, un municipio aledaño a la ciudad de Medellín.
De Presidencia me informan que el señor Presidente y el Min de Defensa necesitan hablar conmigo,urgente.Acudiré a un sitio en Rionegro,Ant.
La oficina de prensa de la Presidencia colombiana no reveló a AP el motivo de la reunión ni entregó detalles, pero medios locales han coincidido en señalar que Santos informará a Uribe que las partes negociadoras habrían superado los desacuerdos y estarían listos para anunciar un remozado pacto.
El anuncio podría conocerse desde La Habana al final de este sábado.
El expresidente Uribe (2002-2010) es el principal abanderado de quienes vencieron en el plebiscito del pasado 2 de octubre al votar en contra de la implementación de un acuerdo inicial conseguido entre el gobierno y las rebeldes FARC tras cuatro años de negociaciones para ponerle fin a medio siglo de conflicto.
Otros líderes que se opusieron al acuerdo inicial como el expresidente Andrés Pastrana y la exministra Marta Lucía Ramírez dijeron haber recibido en la jornada llamadas telefónicas de parte del presidente Santos informándoles de "avances" sobre la renegociación y se mostraron a la espera de los nuevos textos discutidos para leerlos.
Los reparos de Uribe y de otros sectores que respaldaron el "No" son decenas y varios de ellos difíciles de renegociar. Van desde aquellos relacionados con asuntos agrarios, pasando por justicia transicional hasta temas de participación política.
Las partes, sin embargo, los han discutido sin descanso en la última semana.
Los opositores del acuerdo inicial cuestionan, por ejemplo, que los jefes guerrilleros involucrados en crímenes de lesa humanidad tengan vía libre para acceder a la vida política.
Proponen, en cambio, que algunos rebeldes vayan recobrando gradualmente sus derechos tras pagar sus delitos.
Santos, que el 10 de diciembre recibirá el Nobel de la paz, no previó una derrota en el plebiscito. Ahora busca por todos los medios alcanzar un nuevo acuerdo antes de fines de noviembre para luego blindarlo jurídicamente, ya sea enviándolo al Congreso o convocando a una nueva consulta popular.