Centenares de colombianos convocados por la escultora Doris Salcedo tejían desde primeras horas del martes un manto blanco gigante en la principal plaza del centro de Bogotá para honrar a las víctimas del conflicto armado y coser, simbólicamente, las heridas de la guerra.
A medida que avanzaba el día crecía la alfombra con los nombres de mil 900 víctimas grabados con ceniza sobre cuadros de tela blanca que los voluntarios iban uniendo con hilos de colores.
Son una parte mínima pero simbólica de los más de 200 mil muertos y casi ocho millones de desaparecidos y desplazados producto de un conflicto de medio siglo entre guerrillas, fuerzas del Estado y grupos paramilitares.
Manuel Getial, Rogelio Ramos y Mariluz Uribe figuraban entre los nombres de las víctimas grabados en el extenso manto.
"Son nombres aleatorios de todo tipo de víctimas y es muy difícil saber quiénes son y qué les pasó", afirmó Clara Arango, de 55 años, con los ojos aguados.
La obra, bautizada 'Sumando Ausencias', se expandía alrededor de una estatua de Simón Bolívar, en la plaza donde converge el Congreso de la República, la Corte Suprema de Justicia, el Ayuntamiento de Bogotá y la catedral.
Doris Salcedo, una de las artistas colombianas con más trayectoria internacional, ordenaba a los voluntarios, pedía hilos y tomaba té mientras corría de un lado a otro.
"Este es el duelo que más nos ha dolido, no es de un líder sindical, de un candidato presidencial o de un periodista, es el duelo de un país", dijo la artista recientemente a The Associated Press mientras personas de todas las edades la ayudaban a pegar las cenizas a las telas. "Nos enterraron en la guerra".
La actividad tiene lugar en momentos en que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos busca rescatar el acuerdo de paz firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) luego de que los colombianos lo rechazaron por estrecho margen en un referendo el 2 de octubre.
Un día después, además, que el gobierno y la segunda guerrilla del país --Ejército de Liberación Nacional-- anunciaran el inicio formal de un diálogo de paz.
Salcedo, conocida por sus instalaciones de grandes dimensiones y profunda carga política, llevaba tiempo macerando la idea pero el triunfo del 'no' en el plebiscito por medio punto porcentual y en medio de un alto abstencionismo precipitó el proyecto.
"El domingo tuve la impotencia de llorar, el lunes llorar y el martes pensé *tenemos que responder de alguna manera''', contó, y pidió ayuda al Museo de la Universidad Nacional. Rápidamente se juntaron centenares de personas que querían colaborar con ella.
Antes de empezar a cubrir la plaza con la obra, los organizadores habían registrado 3 mil 500 voluntarios durante preparativos en los días previos.
El martes llegaron escolares, universitarios, soldados heridos en combate y víctimas del conflicto armado más antiguo del continente. "Estamos tejiendo la paz", señaló Arremiro Imbachí, 52, desplazado por la guerrilla desde el Caquetá, una zona roja en el sur del país.
"Ojalá estas cosas sirvan para que la guerra se acabe de una vez", respondió José Arturo Gil, 44, expulsado por paramilitares de su pueblo Buritaca, en el Caribe.
Se trata de la tercera instalación de Salcedo en esta plaza, todas en memoria de cicatrices del conflicto. "Estamos en el centro de poder del país y estamos poniendo a las víctimas en este centro", explicó Leonardo Párraga, de 26 años.
Junto a un centenar de personas Párraga duerme en la plaza de Bolívar en un "Campamento por la Paz" que cumplía el mismo martes una semana.
Ellos piden un acuerdo "ya", mientras el gobierno debate con la oposición encabezada por el ex presidente Álvaro Uribe —arquitecto de la campaña del "no" en la consulta popular— cómo modificar los textos firmados el 26 de septiembre con las FARC.
Los activistas cedieron por un día su espacio de protesta a la iniciativa de Salcedo."La ceniza se borra por el agua, por el viento... hoy está pero mañana pueden quedar los rastros de los desaparecidos; es la misma naturaleza de las víctimas del conflicto", dijo Párraga.
"Aunque también puede verse como el ave Fénix y el renacer"."Vamos a ver qué sale de aquí ", se pregunta Salcedo, que en unas horas levantará su obra para dejar el recuerdo de las víctimas en la memoria de quienes la vieron.