Los ecuatorianos votaban este domingo 19 de febrero para definir si continúan con el modelo socialista del presidente saliente Rafael Correa o dan una giro a la derecha, tendencia que se está imponiendo en la región.
Las mesas electorales se abrieron hacia las 7:00 a.m. hora local (12:00 GMT) del domingo para recibir el sufragio de 12.8 millones de electores que designarán al nuevo mandatario para el período 2017-2021.
Tras sufragar muy temprano en una escuela de niños del norte de Quito, Correa, quien desistió por motivos personales de aspirar a la reelección, llamó a aceptar los resultados y apostó por una victoria en primera vuelta del candidato oficialista, el exvicepresidente Lenín Moreno.
“Habrá (en un hipotético gobierno de Moreno) el mismo rumbo con un liderazgo diferente, que yo creo que al final es muy deseable para el país”, dijo el carismático y polémico economista que desde 2007 ha liderado el período más estable de la historia reciente ecuatoriana. Marcadas por la delicada situación económica y una campaña electoral inusualmente insípida, ensombrecida con acusaciones de corrupción, estas elecciones generales son, según los sondeos, las más reñidas y con mayor número de indecisos de los últimos años en el país andino.
La ausencia de Correa y la golpeada economía tras el fin de la bonanza petrolera, que le sirvió para modernizar el país y elevar sus índices de desarrollo, abren grandes interrogantes en estos comicios, en los que los ecuatorianos escogen también 137 diputados y cinco representantes al Parlamento Andino.
Ninguno de los ocho candidatos se perfila en las encuestas para ganar en el primer turno (como hizo Correa en las dos últimas presidenciales), para lo que se necesita un 40% de los sufragios válidos y 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
Moreno lidera la carrera (32.3%), seguido por el exbanquero Guillermo Lasso (21.5%) y la exdiputada Cynthia Viteri (14%), ambos de derecha, y el socialdemócrata exalcalde de Quito, Paco Moncayo (7.7%).
Los sondeos tampoco arrojan luces sobre si el desgastado correísmo conseguirá mantener la mayoría de dos tercios en el Legislativo.