Con sus ciudades vacías y playas llenas por la Semana Santa, Costa Rica se acerca al desenlace de un divisivo proceso electoral en el que la sorpresa ha sido el creciente respaldo a un predicador evangélico opuesto al matrimonio homosexual.
La nación centroamericana asiste el domingo a la segunda ronda de las elecciones presidenciales, en la que se disputarán el voto el oficialista Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y el exdiputado y pastor evangélico Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional (RN), aunque el pronóstico no es tan claro para ninguno. Una encuesta reciente señaló un empate técnico entre ambos.
Los candidatos han cumplido en estos días con los últimos debates en los que han dejado claras sus diferencias en temas como el matrimonio entre homosexuales, acusaciones hacia Fabricio Alvarado por utilizar la religión para captar votos y señalamientos a Carlos Alvarado por los errores y actos de corrupción en el actual gobierno del PAC que preside Luis Guillermo Solís.
Ambos aspirantes presidenciales han utilizado buena parte de su tiempo en las últimas semanas a sumar adhesiones de figuras en otros partidos políticos, con el fin de reforzar una de las pocas ideas en la que ambos coinciden plenamente: la necesidad de conformar un gobierno de unidad nacional.
Para el politólogo y analista de la Universidad de Costa Rica, Francisco Barahona, uno de los aspectos más preocupantes en caso de que gane Fabricio Alvarado, es su concepto de "restaurar" todo en la vida política y social del país.
"No se puede interpretar ese ‘restaurar’ de manera neutra, sino el hacer el Estado a imagen de lo que pretenden los sectores religiosos a los que responde el candidato”, dijo. “Esto va en contra de un Estado que promueve amplias libertadas”.
La polarización se ha visto sobre todo en las redes sociales, donde los seguidores de uno y otro se atacan -a veces en tonos agresivos- por sus posiciones discordantes alrededor del matrimonio entre homosexuales y la tendencia cristiano-evangélica de Fabricio.
El fortalecimiento de Fabricio se dio luego de que hace unos meses la Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó que Costa Rica debe permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El fallo indignó a los conservadores religiosos de Costa Rica y eso lo capitalizó Fabricio, de 43 años, durante la campaña.
Para Barahona, al candidato oficialista tampoco le ayudan los recientes escándalos de corrupción, particularmente el llamado “cementazo”, en el que figuras de los tres poderes se vieron implicados en un entramado para otorgar millonarios créditos desde la banca estatal para la comercialización de cemento chino en el país.
En las calles, sus seguidores tienen claro por qué votarán por uno u otro. Para Rodrigo López, un educador de 45 años, su opción en esta elección es Fabricio Alvarado, pues considera que el país debe mantener sus valores tradicionales y, al mismo tiempo, rechazar la corrupción que ha protagonizado el PAC con el actual gobierno.
“Creo que Fabricio puede hacer un buen gobierno, hay valores que no podemos perder y no podemos dejar que la corrupción que vimos en este gobierno se mantenga si el PAC se mantiene en el poder”, comentó.
María Rodríguez, por el contrario, dice que votará por Carlos Alvarado, pues teme al discurso homofóbico de Fabricio y a lo que ella considera como su “falta de preparación”.
“Creo que Carlos Alvarado es la mejor opción entre los dos, si queremos un gobierno que respete los derechos de todos por igual”, afirmó Rodríguez, de 32 años y administradora.