El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó este martes que "no ha renunciando" a un polémico proyecto para construir un canal interoceánico, que fue entregado a una empresa china hace seis años y cuyas obras no han comenzado.
"No hemos renunciado [al proyecto del canal], al contrario, tenemos, históricamente, el compromiso de que se haga una realidad el canal por Nicaragua", dijo Ortega durante un acto por los 39 años de la fundación de la fuerza naval.
Tras casi dos años de silencio sobre la mega obra, valorada en 50 mil millones de dólares, Ortega dijo que están "en una fase de preparar nuevamente los estudios medioambientales, que ya habían sido presentados pero había que hacer ajustes".
El mandatario reconoció que "poco hemos hablado del canal en este tiempo", pero dijo que "está nuestro compromiso de seguir trabajando por la construcción del canal", aunque no se refirió a los temas de financiamiento u otros detalles.
El Gobierno otorgó en 2013 a la empresa china HK Nicaragua Development Investment (HKND) los derechos exclusivos para construir y operar un canal de 276 km de largo entre los litorales pacífico y el atlántico de Nicaragua por 50 años, prorrogables por otro plazo similar.
Según los planes iniciales del Gobierno, las obras iban a estar listas en 2020.
En abril de 2017 el Estado renovó el permiso ambiental a HKND para que "el proyecto continúe desarrollando nuevos avances", según el Libro Blanco sobre la iniciativa canalera publicado en septiembre de ese año por el Gobierno.
Tras seis años sin que se inicien las obras y luego de varios aplazamientos, el último en 2016, la construcción quedó suspendida de forma indefinida y el empresario chino Wang Jing, propietario de HKND, no volvió a aparecer en público.
En junio pasado, agrupaciones civiles y campesinas que se oponen al canal demandaron la derogación de la ley de concesión del proyecto, porque aseguran que venció el plazo para la realización de la obra, según la normativa.
Ortega mostró estudios y planos realizados por Estados Unidos a finales de 1800 para construir la obra en Nicaragua, pero que al final se decidió la vía por Panamá.
El Canal de Panamá es el único en la zona, pese al tráfico marítimo que cada vez es mayor, mencionó.
"No estamos hablando de algo que estamos improvisando o inventando", dijo Ortega, quien consideró que el canal no va a causar daños sino que va a fortalecer el comercio global y dar a Nicaragua una fuente de recursos para su desarrollo y crecimiento.
Los opositores al proyecto estiman que la obra va a desplazar entre 27 mil y 120 mil campesinos del sur nicaragüense y expropiar 2,900 km de tierras, además que atravesaría el lago Cocibolca, la fuente de agua dulce más grande de Centroamérica.