El diálogo entre gobierno y oposición en busca de una salida a la crisis que vive Nicaragua pende de un hilo, luego de que el presidente Daniel Ortega descalificara a los obispos que median las conversaciones, acusándolos de "golpistas".
"Ortega descalificó a los obispos para crear su propio diálogo, uno que él pueda controlar, que pueda manejar su estrategia y a los que dialogan", declaró a la AFP Azahálea Solís, una de las delegadas opositoras que participa en las negociaciones con el gobierno.
El mandatario arremetió el jueves contra los obispos de la Conferencia Episcopal que intentan desde mayo mediar en la solución a la crisis generada por la violenta represión a las protestas, que dejan más de 280 muertos en tres meses.
"Lo que está haciendo es descalificar la mediación de los obispos porque él ya no quiere negociar en ese espacio donde tiene que tocar el tema de la democratización", dijo el politólogo José Antonio Peraza, director ejecutivo del Movimiento por Nicaragua.
Según Ortega, un exguerrillero de 72 años que gobierna desde hace 11 años de forma autocrática, la propuesta que le hicieron los obispos en junio para adelantar las elecciones del 2021 a marzo del 2019 y democratizar el Estado era parte de una conspiración "golpista" con la complicidad de la iglesia.
"Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas", dijo el gobernante el jueves en un virulento discurso por la celebración del 39 aniversario de la Revolución Sandinista en Managua, donde calificó a los manifestantes opositores de "satánicos".
La oposición considera que el diálogo continuará, porque es la única salida que tiene el mandatario para resolver la crisis, que en su criterio no termina con la victoria que las fuerzas del gobierno han proclamado sobre las ciudades que estuvieron controladas por los manifestantes. A juicio del sociólogo Óscar René Vargas, el diálogo cuenta además con el "apoyo de la comunidad internacional, mediante resoluciones de la OEA y la Unión Europea, y por Estados Unidos".
El miércoles, la OEA aprobó una resolución que condena la represión de las manifestaciones antigubernamentales en Nicaragua y llamó al gobierno de Ortega a acordar un calendario electoral con sus opositores. Mientras, el consejero para América Central del departamento de Estado, Todd Robinson, dijo que "la senda hacia la paz sigue siendo elecciones anticipadas justas y transparentes" en Nicaragua. Pero Ortega desafió la presión internacional, al señalar que "nuestras decisiones no están en Washington" sino en Nicaragua.