El presidente Donald Trump afirmó el miércoles que la justicia está "politizada" y acusó a los jueces que evalúan su decreto antiinmigratorio, de momento suspendido, de poner en riesgo la seguridad de Estados Unidos.
Tres jueces de una corte federal de apelaciones de San Francisco deben pronunciarse esta semana sobre la orden presidencial que prohibió la entrada al país a inmigrantes y refugiados de siete países musulmanes, y que ha garantizado un inicio accidentado para el joven gobierno Trump.
"Jamás quiero decir que un tribunal es parcial, por lo tanto no voy a decir que es parcial y aún no tenemos una decisión. Pero los tribunales parecen estar muy politizados", dijo el presidente republicano en una reunión en Washington con la asociación de comisarios policiales.
Ante un auditorio mayoritariamente cautivo, Trump expresó "estupefacción" respecto a las preguntas hechas sobre su polémico decreto por los jueces durante una audiencia telefónica el martes, señalando que lo que escuchó fue "vergonzoso".
Trump leyó en voz alta un artículo de una ley adoptada hace 65 años, que estipula que el presidente estadounidense tiene la prerrogativa de cerrar las fronteras a una categoría de ciudadanos extranjeros si pensara que su entrada al país iría "en detrimento de los intereses de Estados Unidos".
El presidente republicano, en su tercera semana en el poder, dijo incluso que "un mal estudiante de secundaria" estaría de acuerdo con su lectura de la ley.
Según Trump, los jueces deberían fallar a su favor por "respeto a la corte".
La orden presidencial cerró las fronteras a todos los refugiados durante 120 días, y de manera indefinida a los refugiados sirios. Los ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen tienen prohibida la entrada durante 90 días.
Durante una semana la medida provocó caos en los aeropuertos y protestas mundiales, no menos reclamos de legisladores del mismo Partido Republicano de Trump.

