El enviado especial del Vaticano y experto en delitos sexuales, el arzobispo maltés Charles Scicluna, fue sometido este miércoles 21 de febrero a una cirugía en Chile para extirparle la vesícula biliar, pero el papa Francisco dispuso que siga el proceso de entrevistas a víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia.
En un comunicado, la Clínica San Carlos de Apoquindo de Santiago dijo que Scicluna está en buenas condiciones. Se espera que el tiempo de recuperación sea de 48 a 72 horas, agregó. La extirpación se realizó tras un diagnóstico de una probable colecistitis aguda -inflamación de la vesícula- que fue confirmada por diferentes exámenes médicos.
El portavoz de la Conferencia Episcopal chilena, Jaime Coiro, señaló a la prensa tras conocerse el comunicado del hospital que se desconoce si Scicluna podrá retomar las entrevistas como era su deseo. “Confiamos en que su recuperación sea antes de lo previsto para que al menos el día viernes pueda retomar alguno de los encuentros”, señaló Coiro, quien insistió en que por el momento se mantiene la agenda acordada.
Para Coiro, las próximas 24 horas de recuperación de Scicluna serán fundamentales para conocer su evolución médica. Scicluna arrastraba la dolencia desde antes de llegar a Chile y se manifestó durante el martes, pese a lo cual siguió con las entrevistas previstas.
El maltés llegó a Chile con el encargo de recabar información concerniente a Juan Barros, obispo de Osorno, acusado de encubrir los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, el cura pedófilo más conocido de la Iglesia chilena.
Barros ha estado en el centro de la polémica desde que durante su visita a Chile en enero el papa Francisco lo defendiera al asegurar que no había evidencia en su contra y que se trataba de “calumnias”, lo que se interpretó como un cuestionamiento del pontífice a los testimonios de las víctimas. El Papa comunicó a la Conferencia Episcopal chilena el miércoles por la mañana que el proceso de encuentros con las víctimas continuará de acuerdo con la agenda y se extenderá hasta el viernes, como estaba previsto.
Las entrevistas estarán a cargo del sacerdote español Jordi Bertomeu, miembro de la Congregación de la Fe, quien hasta ahora había ejercido como notario y traductor para Scicluna. Un sacerdote de su confianza, el padre Hernán Díaz, está viajando desde Argentina para asistirlo, dijo Coiro. Mientras tanto, otro sacerdote, el padre Mario Salas, está oficiando como notario.
“Es muy gratificante y en cierto sentido también reparador que personas en la Iglesia por fin te inviten para poder ser escuchados, para contar lo que nosotros hemos vivido”, señaló José Andrés Murillo, una de las víctimas que habla públicamente sobre el caso, a su salida del encuentro con Bertomeu y recalcó que siente que “se están tomando en serio las cosas que tienen que ver con el abuso, el encubrimiento y con las dinámicas de poder que han marcado el caso Karadima”.
Murillo se manifestó conforme con la entrevista y relató que el padre Bertomeu fue empático. Scicluna y Bertomeu “nos muestran una cara completamente diferente de la Iglesia”. Murillo recalcó que confía que Scicluna y Bertomeu trasladen la información recabada en Chile al Vaticano.