La exesposa del fallecido fiscal Alberto Nisman dijo que su misteriosa muerte fue un crimen sofisticado y apuntó a servicios de inteligencia extranjeros “con ayuda local”.
A poco de cumplirse un año de la muerte del fiscal, quien investigaba el atentado contra un centro judío en Buenos Aires en 1994 y que había denunciado a la entonces presidenta Cristina Fernández por un presunto intento de encubrir a los responsables del ataque, la justicia todavía no ha determinado si a Nisman lo mataron o se suicidó.
“Esto fue planificado con mucha sofisticación, fue algo muy perverso”, indicó la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, en una entrevista que concedió en la medianoche del miércoles al canal América.
Arroyo Salgado, quien tuvo dos hijas con Nisman, es parte querellante en la causa.
El informe de los peritos concluyó que el fiscal fue asesinado entre la noche del sábado 17 de enero y la madrugada del día siguiente, cuando fue hallado sin vida por su madre en el baño de su apartamento del barrio de Puerto Madero.
Cuatro días antes, Nisman había denunciado a la presidenta Fernández por una supuesta maniobra de encubrimiento de los iraníes acusados de volar la sede de la AMIA en 1994, que dejó 85 muertos.
Para el fiscal ese era el propósito oculto de un memorando de cooperación judicial que el Gobierno argentino firmó con Irán en 2013, que según la explicación oficial buscaba destrabar la causa judicial paralizada por la negativa de Teherán de entregar a los sospechosos a la justicia argentina.
Consultada sobre los responsables del crimen de su exmarido, Arroyo Salgado aseveró que “no tengo dudas de que esto fue un homicidio preparado por alguien muy inteligente y con mucha perversión. Algo muy sofisticado con mano de obra local”.
Ante la pregunta de si creía que servicios de inteligencia del exterior estaban detrás del crimen, respondió afirmativamente pero no los identificó.
La expresidenta Fernández negó las acusaciones de Nisman y denunció que detrás de la denuncia y posterior muerte estuvieron exmiembros del servicio secreto de Argentina desplazados por ella meses antes de los trágicos sucesos.
La jueza Arroyo Salgado también puso bajo sospecha el rol del técnico informático Diego Lagomarsino, quien le entregó a Nisman el arma cuyo disparo provocó la muerte del fiscal.
“Está ocultando algunas cosas y no está diciendo toda la verdad”, sostuvo Arroyo Salgado. “Yo lo conocí a Lagomarsino a través de Alberto. Era una persona de su máxima confianza”, agregó.
Arroyo Salgado también señaló que le llamó la atención el comportamiento de una secretaria privada de Nisman, a la cual no identificó, se fue a vivir a España una semana después de la muerte del fiscal.
La magistrada cuestionó además la investigación que hasta hace unos días llevó adelante la fiscal Viviana Fein, por basarse en la hipótesis del suicidio.
Indicó que muchos testigos de la causa “me dijeron que cuando declaraban cosas que iban en contra de la hipótesis del suicidio, esas cosas no eran escritas en la declaración por pedido de la fiscal, su asistente no las tipeaba”.
“Nadie vio a Alberto ni asustado ni deprimido. Lo que le pasó es lo más perverso que puede pasar un ser humano”, concluyó Arroyo Salgado en la entrevista televisiva.