El expresidente salvadoreño Tony Saca aceptó confesar su responsabilidad en los actos de corrupción que se le imputan en el desvío de 301 millones de dólares de las arcas del Estado para obtener una condena menor, informaron el martes sus abogados.
Tres de sus exfuncionarios más cercanos son procesados con él: Elmer Charlaix, secretario privado; César Funes, secretario de Juventud; y Julio Rank, exsecretario de Comunicaciones. Se dijo que ellos también aceptaron su culpabilidad y tras la negociación de sus autoridades con la justicia serán sometidos a un juicio abreviado.
La Fiscalía General solicitó el mismo martes al Tribunal Segundo de Sentencia un proceso abreviado luego de que los cuatro aceptaran declararse culpables, lo que les favorecería con una disminución de la pena.
“En vista de que el imputado se declara culpable, entonces el sistema evita toda la actividad probatoria. La ley permite este ajuste de la aplicación de un sanción menor”, manifestó el abogado Lisandro Quintanilla.
El expresidente no respondió cuando los periodistas le preguntaron si estaba dispuesto a declararse culpable.
Por su parte el exsecretario de Comunicaciones, Julio Rank, aceptó que recibió dinero y afirmó que ya demostró como lo usó. “Desde el principio admití que yo había recibido dinero de Casa Presidencial, he demostrado como fue que se ocupó y la Fiscalía mantiene que yo cometí el delito de lavado por la forma en que fue utilizado”, dijo en breves declaraciones.
Otros tres implicados en el caso denominado “Destape a la Corrupción”: Francisco Rodríguez Arteaga, jefe de la unidad financiera de Casa Presidencial; Jorge Alberto Herrera, tesorero de la misma institución; y Pablo Gómez, contador del secretario privado de la Presidencia, quedaron fuera del acuerdo y serían procesados en un juicio separado, peros sus abogados dijeron que es probable que también busquen acuerdo similar.