El santuario portugués de Fátima se preparaba este jueves 11 de mayo, entre fuertes medidas de seguridad sin precedentes con miles de policías, controles fronterizos y medidas antidrones, para recibir al papa Francisco que llegará este viernes para una breve peregrinación.
Varios grupos de policías, situados en las diferentes rotondas de acceso a la vasta explanada del santuario, asistían al paso de los peregrinos que, con un tiempo lluvioso, llegaban desde este jueves a esta aldea del centro de Portugal.
La operación “Fátima 2017”, lanzada el miércoles y que durará hasta el domingo a medianoche, movilizará cada día a 6 mil miembros de las fuerzas del orden y de los servicios de rescate, indicó el gobierno, precisando que el nivel de alerta de seguridad seguía siendo “moderado”.
Portugal, que hasta ahora se ha librado de la ola de ataques terroristas que han golpeado Europa estos últimos años, recuerda aún el intento de atentado perpetrado en Fátima contra Juan Pablo II, el 12 de mayo de 1982, por un cura español integrista armado con una bayoneta.
El pontífice llegará el viernes por la tarde para una visita de 24 horas al santuario de Fátima, con el objetivo de celebrar el centenario de las apariciones de la Virgen María y canonizar a dos de los tres pastorcillos testigos de esta aparición.
Se espera la llegada de un millón de peregrinos durante dos de los momentos importantes de esta visita pontifical: la procesión con antorchas del viernes por la noche y la misa del sábado por la mañana.
Las medidas de seguridad son mayores que las desplegadas durante la vista en 2010 del papa Benedicto XVI, recibido en Fátima por 500 mil fieles.
El control en las fronteras de Portugal se restablecerá durante toda la duración de la operación. El viernes y el sábado, el tráfico quedará totalmente prohibido en los alrededores del santuario, que estará protegido contra un posible ataque con coche gracias a bloques de hormigón armado.