Dos bombas estallaron afuera de una catedral católica durante una misa dominical con saldo de al menos 19 muertos y 48 heridos en el sur de Filipinas, donde existe una activa insurgencia islámica, dijeron las autoridades.
La primera bomba hizo explosión en o cerca de la catedral de Jolo, capital de la isla del mismo nombre, y la segunda afuera, en tanto que fuerzas de seguridad acudieron a toda prisa al lugar, según el jefe de la Policía Nacional filipina, Oscar Albayalde.
Fotografías difundidas en redes sociales mostraban escombros y cadáveres dispersos en una concurrida calle afuera de la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo, que ya antes ha sido blanco de bombazos. La policía y el ejército dijeron que entre las víctimas hubo efectivos de seguridad y civiles.
Soldados en vehículos blindados cerraron la principal avenida que conduce a la catedral mientras que otras unidades transportaban a los muertos y heridos a hospitales. Algunas víctimas fueron trasladadas por aire a la ciudad próxima de Zamboanga.
“He ordenado a nuestros soldados que eleven su nivel de alerta, garanticen la seguridad de todos los templos y lugares públicos a la vez, y emprendan con celeridad medidas para frustrar planes hostiles”, dijo el secretario de Defensa, Delfin Lorenzana, en un comunicado.
La isla de Jolo registra desde hace tiempo la presencia de rebeldes de Abu Sayyaf, considerada una organización terrorista por Filipinas y Estados Unidos debido a los ataques, secuestros y decapitaciones que han perpetrado durante años. Nadie se atribuyó de momento los bombazos afuera de la catedral.
Hace menos de una semana, la minoría musulmana en este país de mayoría católica apoyó la creación de una nueva región autónoma en el sur con la expectativa de poner fin a casi cinco décadas de rebelión separatista que ha causado 150 mil muertes.
Aunque la mayoría de las zonas musulmanas aprobaron un acuerdo de autonomía, este fue rechazado por los votantes de la provincia de Sulu, donde se encuentra Jolo. En la provincia también actúa una fracción rebelde opuesta al acuerdo así como células insurgentes más pequeñas que no han participado en proceso de paz alguno.
Los gobiernos occidentales han elogiado el pacto autonómico. Temen que pequeños números de rebeldes vinculados al grupo Estado Islámico en Medio Oriente y el sureste asiático puedan aliarse a insurgentes filipinos y convertir el sur de Filipinas en un baluarte extremista.
