Casi tres años después de la muerte del fiscal Alberto Nisman un colega a cargo de la investigación de su deceso sostuvo que se trató de un asesinato y volvió a agitar las aguas de un caso lleno de puntos oscuros.
El fiscal Eduardo Taiano presentó el miércoles un dictamen ante el juez de la causa, Julián Ercolini, en el que defendió la hipótesis del homicidio en detrimento de la del suicidio y le pidió que tome declaración como presunto partícipe del hecho a Diego Lagomarsino, un técnico informático cercano al fiscal fallecido.
Lagomarsino le dio a Nisman una pistola de su propiedad con la que se efectuó el disparo que lo mató. El técnico sostiene que el fiscal se la había pedido prestada porque temía por su vida y la de sus hijas.
La medida de Taiano supuso una toma de posición oficial en una farragosa causa salpicada por negligencias y con peritajes contradictorios que han apuntado al homicidio y al suicidio.
Nisman fue hallado muerto el 18 de enero de 2015 en el baño de su departamento de Buenos Aires cuatro días después de denunciar a la entonces presidenta Cristina Fernández de encubrir a los iraníes acusados del atentado contra un centro judío de Buenos Aires. Al día siguiente tenía que presentarse en el Congreso para defender su denuncia.
Al tomar su decisión Taiano respaldó un reciente peritaje de la Gendarmería -la policía de fronteras- que sostiene que Nisman fue asesinado por dos personas que lo golpearon y drogaron para situarlo posteriormente frente a la bañera y luego descerrajarle un tiro en la sien derecha. El fiscal comparó ese informe con uno previo del Cuerpo Médico Forense que concluyó que no había elementos para sostener que Nisman había sido asesinado y otro de la policía federal que afirmó que el fiscal se había suicidado.
Varios argentinos consultados respaldaron a Taiano, a cargo de la causa desde hace un año. El abogado Juan Meira, de 43 años de edad, dijo que “es un paso alentador para toda la sociedad que está pidiendo justicia”.
“Estar descubriendo algo tan feo y que de un día para otro lo asesinen o digan que se suicidó fue muy raro para todos y siempre tuvimos la sensación de que lo habían matado”, dijo a The Associated Press María Noelia Ciccioli, una locutora de 25 años de edad.
Según el analista político Sergio Berensztein, la muerte de Nisman es un ejemplo de la “fuerte división ideológica” existente en la sociedad argentina producto de casos sumamente politizados. “Nunca habíamos tenido una persona eventualmente asesinada con un cargo tan importante” que hizo “una denuncia política tan significativa”.
El fiscal dijo en su denuncia que un acuerdo firmado en 2013 por el gobierno de Fernández e Irán con el alegado propósito de avanzar en la investigación del atentado de 1994, en el que murieron 85 personas, era una pantalla para garantizar la impunidad de los exfuncionarios y ex diplomáticos iraníes acusados. Fernández considera a la acusación un disparate jurídico.
En su dictamen Taiano sostuvo que Lagomarsino habría dejado el arma en el apartamento de Nisman para que el autor material del crimen la empleara horas después para matarlo, dijo a The Associated Press un integrante del equipo de dicha fiscalía que pidió no ser identificado por normas de esa dependencia judicial.
Taiano también pidió la indagatoria de cuatro excustodios de Nisman por considerar que no lo protegieron debidamente. Algunos interrogantes que surgen es la forma en que habrían ingresado y salido del departamento de Nisman los supuestos homicidas y por qué Lagomarsino habría aportado su propia arma para el supuesto homicidio.
Uno de los aspectos que aún hay que dilucidar es por qué las cámaras de seguridad del lujoso edificio donde residía el fiscal no funcionaban desde días antes de su muerte y por qué datos de su teléfono móvil y sus computadoras fueron eliminados. Asimismo resta determinar con qué propósito agentes de inteligencia y de seguridad mantuvieron varias conversaciones telefónicas horas antes de que el cadáver de Nisman fuera hallado por su madre.
El juez debe evaluar la petición de Taiano y podría determinar que la causa -considerada muerte dudosa - pase a ser investigada a partir de ahora como un homicidio.
El dictamen del fiscal no se ha dado a conocer públicamente.
La AP intentó comunicarse con la defensa del informático para conocer su opinión sin éxito.
Taiano ordenó la conformación de una junta multidisciplinaria de Gendarmería que analizara todas las evidencias de forma más científica. Según Taiano, la idea era contar con el primer peritaje multidisciplinario realizado por una fuerza que no ha sido cuestionada, como es el caso de la policía federal y los guardacostas, que no habrían preservado adecuadamente el apartamento de Nisman.
Las conclusiones de los gendarmes son mayoritariamente respaldadas por la querella representada por la familia de Nisman que también ha apuntado contra Lagomarsino. Pero los peritos aportados por el informático sostienen que el fiscal se infringió el disparo. Afirman además que los golpes en el cuerpo que, según la Gendarmería, fueron producto de su reducción, son de horas antes a su muerte y que el investigador efectuó el tiro empuñando el arma con ambas manos.
La muerte de Nisman es uno de los casos criminales más impactantes de la historia del país sudamericano y dividió a los argentinos entre quienes piensan que Nisman fue asesinado y aquellos que creen que se suicidó temeroso de no poder sustentar su denuncia contra Fernández.
La denuncia de Nisman contra la expresidenta fue desestimada por varios jueces pero en 2016 fue reabierta. Fernández sostiene que es víctima de una persecución. El presidente Mauricio Macri señaló la víspera que los argentinos necesitan saber “quién lo hizo”, en referencia a la muerte del fiscal.