Ocurrió a 11 mil metros de altitud, mientras el avión papal sobrevolaba Chile, y tomó por sorpresa a todo el mundo: Francisco casó el jueves a Paula y Carlos, dos azafatos.
Una cierta agitación contagió de golpe el pequeño Airbus A321 en el que viajaban el pontífice y los periodistas vaticanistas, poco antes de aterrizar en la ciudad de Iquique, al norte del país.
El rumor de que el papa Francisco acababa de celebrar una boda en pleno vuelo se esparció como la pólvora. Los periodistas se empujaron y las cámaras se alzaron: todo el mundo quería confirmar la noticia. Entonces aparecieron los recién casados, Carlos Ciuffardi y Paula Podest, de 41 y 39 años respectivamente, para narrar su inusual "sí, quiero".
"Le contamos que somos marido y mujer (por lo civil), que tenemos dos hijas y que nos gustaría que nos hiciera la bendición", explicó a la prensa el flamante esposo. "Nos preguntó si estábamos casados por la iglesia. Nosotros no nos pudimos casar por la iglesia, porque el día que nos casábamos fue el terremoto (de magnitud 8.8) del 17 de febrero de 2010", que sacudió gran parte del país, prosiguió el azafato de la compañía LATAM.
El lugar de la ceremonia quedó destruido. "Bueno, yo los caso. ¿Quieren que los case? ¿Están seguros?", preguntó Francisco, según el relato de la pareja. "¡Sí! ¡Completamente!", respondieron al unísono.
El Papa les tomó entonces las manos y bendijo sus alianzas. "Nos preguntó si queríamos seguir juntos toda la vida", siguió Ciuffardi. "Y le dijimos que ¡sí!". Al término de la breve ceremonia, en la que el gerente general de LATAM, Ignacio Cueto, fue padrino, Carlos y Paula firmaron el acta de matrimonio escrita a mano en una hoja blanca.
"El día 18 de enero de 2018, sobre el vuelo papal en el trayecto de Santiago a Iquique, han contraído matrimonio el señor Carlos Ciuffardi Elorriaga y la señora Paula Podest Ruiz y ha sido presenciado por el testigo Ignacio Cueto, siendo el santo padre, el papa Franciso, quien ha tomado el consentimiento", señala el certificado.
El pontífice firmó con un simple "Francisco". En la carta, difundida a la prensa, aparece también monseñor Mauricio Rueda Bettz como testigo. Algunos vaticanistas se preguntaron si esta boda aérea tenía en realidad validez. Pero la institución salió rápidamente al paso para impedir especulaciones.
"Ha sido una gran sorpresa y una gran alegría. Todo es válido, todo es oficial y hay un documento" que lo suscribe, subrayó el portavoz de Francisco, Greg Burke. Para que un enlace sea reconocido por la Iglesia, los novios deben manifestar su consentimiento ante un cura, el Papa en este caso, y un testigo.
Los recién casados prepararon su "boda" al pedir a la compañía aérea trabajar juntos en el avión papal, según medios locales. Al final salió todo como querían. "¡Beso, beso, beso!", les reclamaron los periodistas. "Esto no se puede hacer trabajando", bromeó Ciuffardi para finalmente besar a la novia.