De visita por primera vez en la Amazonía, el papa Francisco instó este viernes, 19 de enero, a Perú a defender este pulmón verde del planeta, respondiendo al pedido de ayuda de los indígenas con los que se reunió en Puerto Maldonado.
"Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora", dijo el pontífice, que lamentó "las hondas heridas que llevan consigo la Amazonía y sus pueblos".
Llegado en la mañana a Puerto Maldonado, en el sureste peruano rodeado de selva, el papa argentino fue directamente hasta el Coliseo, un edificio donde le esperaban impacientes unos 3 mil 500 indígenas peruanos, pero también bolivianos y brasileños.
El papa fue recibido con cantos y danzas de diferentes tribus, con sus vestimentas tradicionales, algunos de ellos coronados con plumas y collares de colmillos de animales. Tras oír a los indígenas contarle las amenazas que pesan sobre sus tierras ancestrales, el papa tomó la palabra para denunciar "la fuerte presión de los grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales".
También criticó las políticas, que en nombre de la conservación de la selva, "acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas", "oprimiendo a los pueblos originarios" y expulsándolos de sus tierras. "Hemos de romper el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes", dijo el papa argentino.
Los pueblos originarios esperan que el papa se convierta en su abogado defensor. "Le pedimos que nos defienda", pues "los nativos somos sobrevivientes de muchas injusticias", dijo Yésica Patiachi, del pueblo Harakbut. El papa también arremetió contra la trata de personas que no es otra cosa que "esclavitud" y la violencia de que son víctimas.
"Nos acostumbramos a utilizar el término 'trata de personas' (...), pero en realidad deberíamos hablar de esclavitud: esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro", dijo.
Al igual que bosques, ríos y quebradas son "usados, utilizados hasta el último recurso y luego dejados baldíos e inservibles", las personas "son también tratadas con esta lógica", añadió, antes de criticar los programas de esterilización, como el que desde el Estado peruano practicó el gobierno del autócrata Alberto Fujimori, en los años 90.
"No se puede 'naturalizar' la violencia hacia las mujeres (...). No nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes, sean 'pisoteadas' en su dignidad", añadió, en presencia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, para quien esta visita es aire fresco que le permite olvidar por un momento su delicada situación política.
Tras un emotivo encuentro con cerca de 200 niños del hogar El Principito, fundado por un religioso suizo para acoger a víctimas del abandono, del trabajo infantil o de la violencia, el papa argentino almorzó con nueve nativos de diferentes etnias, antes de regresar a Lima donde se reunirá con el presidente y tendrá un encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús, su congregación.
Puerto Maldonado ha sido la única ciudad de su viaje, iniciado el pasado lunes en Chile, en la que el pontífice no ha oficiado una misa. Puerto Maldonado es la capital de la minería ilegal de Perú, que genera utilidades por mil millones de dólares anuales, pero no deja beneficios a los pueblos aborígenes ni al fisco, que pierde la recaudación de unos 350 millones de dólares al año en impuestos, según cifras oficiales.
La destrucción de la Amazonía se aceleró en 2017 con un récord de 20 mil hectáreas devastadas, el equivalente a 28 mil 500 campos de fútbol, según Maap. Además, los mineros utilizan mercurio para amalgamar el oro, lo que contamina los ríos.
Francisco proseguirá su visita, el sábado, a Trujillo (norte), y el domingo la concluirá con misa multitudinaria en Lima, donde algunos espabilados venden entradas para ver al papa, pese a que el ingreso es gratuito.