LIMA, Perú. (DPA).- El general de la Policía Ketín Vidal, artífice de la captura hace 20 años del fundador y líder del grupo ultraizquierdista armado peruano Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, aseguró -en una entrevista publicada hoy en Lima- que el entonces presidente Alberto Fujimori no le perdonó nunca esa operación.
Vidal le contó al diario La República que al día siguiente de la "captura del siglo" el mandatario lo llamó a Palacio y le expresó malestar porque la operación se realizara sin darle cuenta. "Le expliqué el proceso de búsqueda, ubicación y captura, que se hizo de manera muy reservada. Ni el presidente, ni los ministros ni el Servicio de Inteligencia lo sabían por seguridad. Eso le dije. No informamos porque se trataba de una operación de vida o muerte. No podíamos fallar. Una filtración podía echar a perder todo. Fujimori solo movía la cabeza, se le notaba molesto", dijo el general.
Tres días después, agregó, Fujimori le convocó de nuevo, esta vez porque imágenes de la captura aparecieron en la cadena de televisión CNN.
Vidal le dijo que el video estaba en manos de una de sus manos derechas, el mayor Benedicto Jiménez, y el jefe de Estado ordenó su baja inmediata por "filtración".
Solo retrocedió cuando el general le dijo que entonces él también se iría. "En ese video se me escucha decirle a Guzmán: 'le comunico que está detenido- Usted que es dialéctico sabe que en la vida se gana o se pierde. Hay que saber perder, usted ha perdido'. 'Sí, he perdido, lo felicito', replicó Guzmán", añadió Vidal sobre las ya muy conocidas imágenes.
La historia ha documentado que cuando el jefe de Sendero cayó el 12 de septiembre de 1992 Fujimori estaba de pesca en la selva y su asesor de inteligencia, Vladimiro Montesinos, ignoraba qué ocurría.
A la captura se le cree determinante por la estructura personalista del grupo maoísta fundamentalista, que empezó a derrumbarse como un castillo de naipes. Eso ha hecho que muchos analistas relativicen la importancia de Fujimori en el desplome de Sendero, pese a que la reivindicación de ello es la principal bandera política de quienes siguen al hoy encarcelado ex presidente.
La captura fue posible gracias a un largo trabajo de seguimiento hecho por Jiménez y el también mayor Marco Miyashiro, que montaron una pequeña célula casi al margen de la institución.
Cuando Vidal fue nombrado jefe de la Policía Antiterrorismo les dio luz verle y los apoyó, por lo que lo tres son vistos como héroes del golpe. Poco después, Vidal fue retirado de la jefatura antiterrorismo y pasado a puestos burocráticos.
A Jiménez y Miyashiro se les envió a cargos diplomáticos a Tokio y más tarde el primero pasó a Taipei y el segundo regresó al Perú a una función menor en la ciudad de Chiclayo. Todo eso, según el general, fueron represalias.El Perú celebró el miércoles el vigésimo aniversario del duro golpe contra el grupo que lanzó una cruenta "guerra" en la que, según la Comisión de la Verdad, murieron casi 70.000 personas en 20 años. Guzmán, de 77 años, paga cadena perpetua desde entonces.